VALÈNCIA. La cuarta década de Porsche Ibérica dio comienzo con la tranquilidad de haber dejado atrás la depresión financiera. La oferta de vehículos de la marca aumentaba mientras la clientela, año a año, dibujaba una línea creciente en el gráfico de las ventas de España y Portugal. En este momento, la compañía tenía por delante el reto de la electrificación. En 2015, el precursor del Taycan (Mission E) se acababa de presentar al público en el Salón de Fráncfort y ahora tocaba desarrollar y poner en marcha aquel ambicioso proyecto.
Siguiendo la estela de los últimos años, la hibridación fue cobrando importancia en el mercado ibérico, por encima incluso de la media europea. Las versiones E-Hybrid del Cayenne y del Panamera iban ganando adeptos y, en el caso de la berlina, llegaron a suponer más del 50 % de las ventas totales del modelo en un breve espacio de tiempo. Esta situación fue incluso más acusada en Portugal, donde el cliente mostró una predisposición al enchufe sorprendentemente buena. El posicionamiento de las versiones híbridas, unido a una mentalidad cambiante, hizo que este tipo de motorizaciones empezara a tener una demanda considerable. Por el contrario, otras tecnologías como el diésel perdieron terreno. Esto último motivó a la compañía a dar un paso importante en febrero de 2018, cuando anunció que dejaría de lado los motores de gasóleo de forma definitiva.

Y así, con el camino de la electrificación ya allanado, el Taycan llegó al mercado en 2019. La expectación era muy alta desde hacía cuatro años, cuando se había mostrado al mundo por primera vez en forma de prototipo. No se trataba de un lanzamiento cualquiera, era el primer vehículo 100 % eléctrico de Porsche, un deportivo de enfoque familiar que debía mostrar un carácter claramente disruptivo, pero sin dejar de lado la identidad de la marca. Una tarea difícil, que superó con nota nada más llegar a los concesionarios. En su primer año completo de comercialización, Porsche Ibérica vendió 360 unidades, lo que dejaba claro que iba a ser un modelo de éxito. Los años siguientes así lo confirmarían.
Prácticamente coincidiendo en el tiempo con la llegada de la berlina eléctrica, Porsche Ibérica inauguraba las nuevas instalaciones de la Avenida de Burgos, en Madrid. El espectacular edificio multifunción, de diseño vanguardista, alberga las oficinas de la marca para España y Portugal, así como el emplazamiento de Centro Porsche Madrid Norte. Se trata de un centro de experiencias con numerosos espacios, en el que cada uno de los despachos y salas de reuniones es un homenaje a la rica historia de la compañía. El renombrado fotógrafo Fernando Guerra lo inmortalizó con su cámara poco después de su estreno.
Porsche Ibérica se puso en marcha inmediatamente y creó la división Porsche Compromiso Social (PCS), que arrancó con dos grandes acciones. La primera fue la entrega de 6.000 comidas durante los meses de marzo, abril y mayo de 2020, a personas desfavorecidas. Esta iniciativa nació en las cocinas de Porsche Ibérica y se coordinó junto con el Ayuntamiento de Madrid; la segunda fue el lanzamiento del programa Porsche SUMA, un acuerdo de colaboración con la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) y su homónima portuguesa, Rede de Emergencia Alimentar. Gracias a Porsche SUMA se realizaron importantes donaciones a estas organizaciones y también se llevó a cabo el Taycan Electrotour, en el que una caravana solidaria atravesó durante varios días la península ibérica para, finalmente, transformar los más de 5.000 kilómetros recorridos en kilos de comida que se entregaron a los bancos de alimentos de España y Portugal.

En el ámbito empresarial, Porsche Ibérica se autoimpuso el protocolo de medidas preventivas “Espacio Cero”, certificado y auditado por una empresa externa, para transmitir seguridad y confianza a sus empleados. También se incrementó el número de trabajadores en el call center para dar el mejor servicio posible a los clientes, se multiplicaron los contenidos en la web de la marca y se amplió en tres meses la garantía de los vehículos Porsche que expiraba entre el 1 de marzo y el 31 de mayo de 2020.
Un gran impulso a la electrificación
Otro hito destacado de la filial española de Porsche en este último periodo es su aporte al desarrollo de la infraestructura de carga. Porsche Ibérica, experta en electromovilidad, ha contribuido a la instalación de unos 900 cargadores públicos, de ellos, 250 con una potencia superior a 175 kW. En palabras de Tomás Villén, su Director General: “Hemos participado de forma directa o indirecta en la implantación del 50 % de los cargadores de alta potencia que hay en toda la península, cuando tan solo representamos un 0,3 % del total del mercado. Todos nuestros concesionarios han invertido en tener sus propios cargadores de alta potencia”.