ALICANTE. La campaña electoral más decisiva de los últimos años ya ha arrancado: los españoles y los valencianos deben elegir el próximo 28 de abril que modelo de gestión quieren para sus instituciones: o la alianza de izquierdas, como la que ahora sustenta a Pedro Sánchez o Ximo Puig, o la de las derechas, con gobiernos integrados por PP, Cs y Vox, como ocurre en Andalucía. Podría darse el modelo mixto: el acuerdo entre PSOE y Cs, improbable en la Comunitat, deseado por muchos en La Moncloa, con el objetivo de orillar a los independentistas.
Y en el caso de Alicante, en esta campaña, se miden dos hitos, que pueden ser históricos: que el PP pierda la hegemonía electoral que mantiene desde las generales de 1993, cuando superó al PSOE por primera vez en la Democracia, y si finalmente seis partidos obtienen representación por las circunscripción de Alicante. A los cinco tradicionales, que ya cuentan con diputados, tanto en el Congreso como en las Cortes Valencianas, PP, PSPV, Podemos, Compromís y Ciudadanos, se podría sumar la formación conservadora Vox, tal y como prevén la mayoría de los sondeos publicados hasta el momento. Esas mismas encuestas auguran una victoria del PSOE, con un retroceso importante del PP; Cs podría mantener su representación; Podemos a duras penas salvaría un diputado; Vox podría irrumpir y Compromís también deberá luchar para garantizarse al representante que tiene en la actualidad. Alicante es una provincia clave, tanto para la confección del futuro Gobierno central como el Ejecutivo valenciano. En el primera caso, la circunscripción distribuye 12 diputados, una de las más importantes detrás de Barcelona, Madrid y Valencia, e igualada con Sevilla y Málaga. En el caso de las Cortes Valencianas, Alicante puede afianzar la victoria de los socialistas, si finalmente se acaba produciendo, como también pronostican, de momento, las encuestas.
Comienza, por tanto, una campaña que tendrá estas cuestiones como principales ejes de debates, entre elecciones generales y autonómicas:
1) Unidad nacional, recentralización y recorte a las CCAA
La competencia entre las formaciones de centro derecha y la crisis institucional y territorial generada en Cataluña han llevado a PP, Ciudadanos y Vox a una dura pugna por el mismo electorado, de ahí que los líderes de las tres formaciones hagan insistentes ejercicios de demostración en la defensa de la unidad de España; la recentralización de determinadas competencias que ahora gestionan las comunidades autónomas y el control sobre los gobierno autonómicos. La alternativa de la izquierda será más descentralización, caminar hacia un modelo de Estado federal y más recursos para las autonomías.
2) Modelo educativo y listas de espera
La izquierda defenderá la Ley del Plurilingüismo que ha aplicado el Gobierno del Botànic, que permite la enseñanza en valenciano, castellano e inglés -otro debate son las cuotas-, frente a la libertad educativa que plantean PP, Cs y Vox, no sólo en la cuestión lingüística, sino también con la concertada. Cataluña sigue condicionando el debate educativo. Y dentro del debate sobre el modelo educativo, se suma la retirada de barracones de los colegios, todavía pendiente en muchos centros, pese a las promesas que hizo el Botànic en el inicio de este mandato.
Y lo mismo sucederá con la Sanidad: el PP, Cs y Vox siguen defendiendo la colaboración público-privada, como con el modelo Alzira, ya revertido, mientras que PSPV, Compromís y Podemos urgen a que la reversión se lleve a otras zonas como en la Marina Alta. La versión que se ofrece la gestión de la Sanidad también dispar: el Botànic defiende la inversión pública en los hospitales realizada en este mandato y que se hayan eliminado los co-pagos; la derecha afea el aumento de las listas de espera en los últimos meses.