VALÈNCIA. Cuando Pedro San Gil entró en la carrera de Derecho no pensaba que su futuro profesional estaría entre superheroínas y unicornios. Sin embargo, el destino le llevó a convertirse, como él mismo se define, en un «friki del juguete». Un camino que se ha materializado en Tigerhead Toys, una joven juguetera asentada en Xirivella que ya vende en cuarenta países y que ha conseguido que sus bebés con capa, las Super Cute Little Babies, sean reconocidas en medio mundo.
Este gallego de 44 años empezó su camino en el sector cuando aterrizó en Famosa como director de Distribución. Su huida de la abogacía le llevó a interesarse por el área de Operaciones en el ámbito empresarial, y las casualidades le llevaron hasta Alicante, donde empezó a codearse con Nenucos y Pinypons. Sin embargo, la verdadera inmersión empezó con su traslado a China como director de Famosa en Asia, donde empezó a conocer todo el proceso de creación de un juguete, desde el diseño 3D a la confección de moldes. «He vivido diez años y medio en Hong Kong, primero trabajando para Famosa y después en una empresa australiana del juguete», explica el directivo.