En las últimas semanas, el principal índice alemán, el Dax, se ha movido de un máximo a otro, superando con creces a los mercados estadounidense y europeo. "Ahora existen los primeros indicios de que podría haberse alcanzado el punto más bajo de la coyuntura económica", afirma Sabrina Reeh, Portfolio Manager de DWS. ¿Qué puede significar esto para los mercados bursátiles? Reeh mira al futuro con optimismo: "El buen comportamiento del Dax en los últimos doce meses ha estado impulsado por sólo siete valores. Si el sentimiento mejora, el rendimiento podría extenderse al índice más amplio y los precios podrían subir aún más". Por supuesto, la evolución de los aranceles estadounidenses sigue siendo un elemento de incertidumbre. Si se producen sorpresas negativas importantes, esto podría tener efectos negativos; la caída de los precios a principios de semana proporcionó una muestra de lo que podría venir.
No obstante, Reeh ve dos factores que podrían seguir impulsando a las grandes capitalizaciones alemanas. Por un lado, se observa al menos una estabilización de los datos económicos importantes para la industria manufacturera. Los índices de directores de compras -indicadores adelantados del futuro desarrollo económico- han dejado de deteriorarse recientemente. En los últimos dos años y medio han estado por debajo del importante umbral de 50, señal de contracción. "Ahora hay indicios -aunque todavía tímidos- de un cambio a mejor", afirma Reeh.
Un segundo factor que podría influir positivamente en la cotización de las acciones es la evolución de los beneficios empresariales. "Las expectativas son muy bajas. Creemos que puede haber sorpresas positivas", afirma Reeh. Incluso sin una aceleración del crecimiento mundial, un crecimiento de los beneficios de entre el 5% y el 10% es realista. En la actualidad, muchas empresas del Dax están en crisis -por ejemplo, en el sector del automóvil- y ya han anunciado reestructuraciones. La diferencia con recesiones pasadas es que muchas empresas están hoy en mejor posición, con márgenes más altos y mejores balances. Incluso en la industria automovilística, que ha sido fuente de muchas noticias negativas últimamente, hay indicios de que las bajas expectativas podrían tocar fondo. Por ejemplo, los valores automovilísticos alemanes ya han reaccionado muy positivamente a unas cifras de ventas mejores de lo esperado en el cuarto trimestre.
Desde el punto de vista político, es difícil calibrar si es probable que la economía se enfrente a un viento de cola o de cara en un futuro próximo. En Alemania, el entorno económico y político podría mejorar tras las elecciones. Si la economía china comienza a recuperarse, es probable que Alemania también se beneficie.