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Mario Draghi (BCE) se equivoca

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MADRID. Tras la reunión del Banco Central Europeo (BCE) del jueves pasado, los inversores estuvimos atentos a las declaraciones de Mario Draghi.

Lo hicimos con expectativas razonables de que se anunciara algún tipo de actuación en el terreno de la política monetaria que incrementara la liquidez y con el principal objetivo de equilibrar los niveles de precios, sensiblemente bajos, y que se mueven en algunos países por la zona más baja en toda su historia.

La decepción fue enorme. No sólo no se tomó ni se anunció para el futuro próximo ninguna de estas medidas sino que cambió el discurso que venía manteniendo en los últimos meses y desestimó de manera absoluta cualquier posibilidad de deflación.

La consecuencia más inmediata en los mercados se percibió en el mercado de divisas donde el euro ha vuelto a alcanzar máximos de los últimos 12 meses.

¿Por qué este cambio tan radical? Las razones últimas se encuentran sin ninguna duda en la ya conocida diferencia en cuanto a la percepción de la realidad económica y monetaria, que tienen cada uno de los países que forman la unión monetaria.

NÚCLEO DURO

En este caso parecen haber predominado las de los países del núcleo duro. Pero las consecuencias, para el otro grupo de países entre los que nos encontramos nosotros pueden ser fatales.

Las previsiones sobre el nivel de precios que presentó el señor Draghi fueron de recuperación en los próximos tres años hasta llegar a un nivel cercano a 1,5%, próximo al objetivo del 2% que se marca el BCE.

Pero por un lado, el mismo reconocía que estas previsiones estaban sujetas a variaciones, tanto más cuanto más se alejen en el tiempo. De hecho, las que han sido llevadas a cabo por organismos internacionales como el FMI o entidades de inversión son sensiblemente más bajas.

DIFERENCIAS INFLACIONISTAS

Pero ese no es el problema. La dificultad estriba en el hecho que la diferencia entre las inflaciones de los países periféricos y los centrales son grandes. Además son estos países con inflaciones muy bajas, en algunos casos negativas, los que más problemas van a tener ya no tan sólo sin entran en caídas sostenidas de los niveles de precios sino también si simplemente se mantienen en los niveles actuales.

Los países con mayor nivel de stress como Portugal, Irlanda, España y en menor medida Francia, sufren en estos momentos tipos de intereses reales (diferencia entre los nominales y la inflación) sensiblemente más altos que los de Alemania o Austria que gozan de financiación real casi gratuita.

ENDEUDAMIENTO PRIVADO

A esto se le añade la grave circunstancia de que el endeudamiento privado en países con problemas- como ejemplo el nuestro- es todavía muy alto.

Un proceso de caída de precios, de devaluación interna y de tipos de intereses reales altos imposibilita la reducción de esta deuda, que como todos sabemos es uno de los principales, sino el principal, impedimento para la recuperación de la inversión y el consumo que son imprescindibles para el crecimiento y la creación de empleo

La decisión y manifestación del BCE del pasado jueves no ha tenido en cuenta el problema en su totalidad. Se ha ignorado la situación de los países con mayores dificultades y basándose en una previsión sin mayores fundamentos han mirado hacia otro lugar favoreciendo los intereses cortoplacista de los países del núcleo duro.

La recuperación muy incipiente que se está produciendo en nuestro país se puede ver truncada por una política monetaria parcial y me atrevería a decir que casi superficial.

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Miguel Ángel Rodríguez es analista de XTB

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