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Se confirman las presiones inflacionarias en EE.UU.

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El informe de inflación al productor (PPI, por sus siglas en inglés) publicado este jueves en Estados Unidos confirmó una temática de presiones inflacionarias que el IPC ya había demostrado en cierto grado este miércoles. El PPI de enero avanzó un 0.4% mensual, por encima de la previsión de 0.3%, y dejó la tasa anual en 3.5%.

Estas cifras se suman al dato de inflación al consumidor difundido este miércoles, que también superó las expectativas y elevó la preocupación de que la Reserva Federal podría mostrarse menos dispuesta a recortar los tipos de interés en 2025.

Jerome Powell, presidente de la Fed, ha reiterado en sus comparecencias recientes que el mercado laboral se mantiene sólido y la inflación continúa en niveles elevados, por lo que la Fed no tiene prisa en ajustar nuevamente el costo del dinero en EE. UU. Ante esta coyuntura, la proyección predominante es que en 2025 solo habría un recorte de tasas, reflejo de la cautela con la que el banco central ve la evolución de los precios.

Además, el repunte observado en el PPI confirma que existen factores de presión, tanto en el componente de bienes como en servicios, que limitan el margen de maniobra monetaria. Un aspecto destacable es el encarecimiento de artículos clave como la energía y ciertos alimentos, impulsados por alzas notables en el diésel y los huevos.

Aunado a esto, las nuevas tarifas de importación propuestas por la administración Trump añaden incertidumbre a la evolución de los costos de producción, pues podrían presionar aún más los precios de insumos y bienes finales. Esto subraya la posibilidad de que la inflación se estanque en un nivel elevado, complicando así el escenario para un ajuste monetario más expansivo.

En los mercados financieros, la reacción ha sido relativamente moderada, principalmente porque la publicación de la inflación al consumidor ya había reforzado la idea de que 2025 no traerá la normalización monetaria que se anticipaba tiempo atrás. No obstante, el peso mexicano mostró un ligero movimiento, con una depreciación cercana al 0,2% frente al dólar. Este comportamiento evidencia la sensibilidad de las monedas emergentes ante cualquier sorpresa inflacionaria en Estados Unidos.

Hacia adelante, los inversionistas estarán pendientes de la evolución de las guerras comerciales y del impacto que estas puedan tener en los costos de bienes y servicios. El hecho de que las cifras del PPI sigan excediendo las proyecciones evidencia un panorama inflacionario más complejo. Se refuerza la expectativa de que la Fed mantenga una postura cautelosa, limitando la posibilidad de recortes de tasas adicionales en 2025.

Quásar Elizundia es estratega de Investigación de Mercados en Pepperstone.

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