VALÈNCIA (EP). El coste estimado de la incapacidad temporal (IT) alcanza en la Comunitat Valenciana los 7.100 millones de euros al año, lo que equivale al 5,1 por ciento del producto interior bruto (PIB) regional, y supone un crecimiento del 48%, es decir, 2.300 millones de euros más que en 2018, según un estudio de Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Estos datos se han analizado este miércoles en la jornada 'Radiografía de la IT en España', organizada por la CEV en Elche, y en la que Umivale Activa y el Ivie han presentado las principales conclusiones del análisis titulado 'Evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad en España', con hincapié en los resultados de la Comunitat.
En el estudio, dirigido por los investigadores del Ivie José María Peiró y Lorenzo Serrano, también ha participado un equipo integrado del Ivie formado por Francisco J. Goerlich, Consuelo Mínguez y Fernando Pascual, y Juan Miguel Mesa y Marija Davcheva, por parte de Umivale Activa.
Durante la apertura del acto el presidente de CEV Alicante, Joaquín Pérez, ha advertido de que "el absentismo laboral se ha convertido en uno de los principales retos para empresas, trabajadores y administraciones".
Según ha señalado, "este fenómeno impacta en la productividad y competitividad de las empresas, incrementa el gasto de la Seguridad Social y presiona al sistema sanitario", tal y como ha informado la CEV en un comunicado.
En este sentido, ha defendido que "es necesario afrontarlo con una visión realista, reforzando la colaboración público-privada entre Seguridad Social, mutuas, servicios sanitarios y empresas, promoviendo entornos de trabajo más saludables y seguros, mejorando la gestión de las bajas médicas evitando duplicidades y avivando la concienciación social", para que "el absentismo no se perciba como un derecho sin límites" y "actuar" con "responsabilidad".
"El absentismo no puede normalizarse ni convertirse en un tabú. Solo desde el diálogo, la colaboración y la corresponsabilidad podremos equilibrar salud y productividad y garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema de bienestar", ha concluido.
El informe utiliza los microdatos anonimizados de la Estadística de IT del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para analizar la evolución de la IT entre 2016-2023. Esta recoge todos los procesos de IT registrados en España con sus características, más de 62 millones de procesos anonimizados, permitiendo "un nivel de detalle que no había sido posible hasta el momento, así como un grado de representatividad completa del fenómeno".
Además, se ha cruzado toda esa información con la ofrecida por los microdatos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) y también se ha trabajado con los microdatos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE).
"El uso combinado de diferentes bases de datos derivadas de fuentes solventes y ampliamente consolidadas ha permitido realizar un análisis integrador de un amplio número de determinantes potenciales de la IT y también sus diferentes formas de manifestarse", ha apuntado CEV.
"Bajas más largas" en la Comunitat
La Comunitat Valenciana muestra unos resultados "ligeramente más favorables" en porcentaje de jornadas perdidas que la media nacional, principalmente porque la incidencia, es decir, el número de bajas iniciadas por cada mil trabajadores, "es menor que la media de España".
En esta autonomía hubo 358 nuevos procesos por cada mil trabajadores en 2023, un 40% más que en 2018. Sin embargo, el efecto positivo de esa menor incidencia se ha de analizar conjuntamente con una duración media de las bajas "considerablemente más larga": para asalariados, 38 días a nivel nacional y 49 días en la Comunitat.
Precisamente, en la Comunitat Valenciana la cifra de bajas de larga duración ha crecido por encima de la media, ya que se ha multiplicado por 2,2 en el periodo hasta alcanzar las 15.800 en 2023, de acuerdo con el estudio.
La prevalencia de los procesos de larga duración ha alcanzado 8,7 por mil trabajadores, incrementado un 94% respecto a 2018. Dentro del territorio valenciano, Castellón es la provincia que experimenta la mayor tasa de prevalencia, con un 10,8 de procesos en vigor de larga duración.
Otro factor "que también contribuye a los niveles máximos de IT" es "el incremento de las jornadas perdidas de las personas que acumulan más de un proceso en 12 meses". El 46,6% de los trabajadores con baja activa en 2023 fueron repetidores en la Comunitat, "una cifra en constante ascenso que explica por sí sola la práctica totalidad del aumento del absentismo por IT en los seis años estudiados".
De esta forma, los "repetidores" suponen el 12,9% de la población protegida y han registrado un crecimiento del 72% respecto a 2018. Por provincias, las personas repetidoras suponen, respecto al total de trabajadores, el 13,7% en València, el 12% en Alicante y el 11,6% en Castellón.
Además, las patologías "más difíciles de objetivar", como las algias, como lumbalgias, cervicalgias o dorsalgias, y la salud mental "generan más de la mitad del absentismo por IT y su peso no deja de crecer". Estas dos patologías concentran el 52,7% del indicador de absentismo por IT en la Comunitat.
Características demográficas
El estudio también analiza las diferencias de las cifras de IT por motivos de salud en función de las características demográficas como el género y la edad de las personas trabajadoras, las ocupaciones, nivel de estudios y también de factores del entorno, como el sector.
En la Comunitat, "llama la atención" los datos de la IT de algunos de los sectores con mayor peso en España. Por ejemplo, la tasa de IT del sector comercio en Valencia (5,39%) y Castelló (5,68%) se encuentra por encima de la media nacional (5,11%).
Por su parte, en agricultura, uno de los sectores con menor tasa de IT (3,78%) en España, destacan las tres provincias valencianas por sus tasas de IT que superan la media sectorial. En concreto, 6,43% en Castellón, 5,85% en Valencia y 5,48% en Alicante.
El análisis econométrico con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que, a igualdad de entorno sectorial y territorial y de características personales y del trabajo, existe un aumento significativo de la tasa de absentismo por IT.
Se trata de un incremento que "no puede explicarse" por cambios en la edad, nacionalidad, sexo o nivel de estudios de los ocupados, el tipo de jornada o contrato, la composición sectorial o por tipos de ocupación, ni por la dinámica territorial del empleo.
Por tanto, ese incremento estaría reflejando "en la evolución de aspectos como la cultura laboral y empresarial, la regulación laboral y de la propia IT o el ciclo económico y la evolución de la tasa de desempleo".
En particular, los datos muestran una "relación inversa y significativa" con la tasa de paro, con descensos de la tasa de absentismo conforme aumenta el paro. Estos cambios en la tasa de desempleo "son capaces de explicar más de tres cuartas partes de la variabilidad temporal del absentismo por IT".
"En este sentido, se deduce que, durante las crisis económicas, ante una tasa de paro al alza y la reducción de las oportunidades laborales, los trabajadores tienden a ser más reacios a solicitar bajas y a su prolongación, mientras en las fases expansivas sucede lo contrario", detalla el estudio.
Conclusiones
El análisis muestra que "aspectos como la repetición de bajas, el aumento de los procesos de larga duración y el crecimiento de las bajas por salud mental y algias aparecen como elementos críticos en la evolución de la IT".
Además, el informe lanza una "alerta rotunda": "El absentismo por incapacidad temporal es un reto estratégico y económico de primer orden que requiere una respuesta inmediata, basada en la evidencia científica y coordinada".