Ni aperitivo ni tentempié, aquí son canapés. Este platillo es de los que cuentan a través de sencilleces, aparentemente. En Alessandro Maino Restaurante sirven canapés tan finos y delicados como manda la grande cuisine française. Es de los primeros pases del menú degustación y aunque no deja de ser un brioche está finamente estructurado, nunca antes un sándwich me había resultado tan elegante. 

El color rosáceo del jamón cocido es elaborado en la misma cocina del restaurante; el queso es stracchino, italiano como el chef, de textura suave y cremosa con sutileza frutal que redondea el conjunto. Las flores amariposadas vuelan entre los pliegues de la carne y corona con mucho estilo la ralladura de una yema de huevo curada, que aporta un punto intenso perfecto para contrarrestar el frescor del jamón. Es un mordisco preciosamente placentero que Alessandro trae a Castellón tras su paso por legendarios restaurantes como el hotel Ritz de París, el tres estrellas Michelin Schloss Schauenstein y el lujoso hotel Kempisky de Ginebra. Es el canapé que Audrey Hepbrun desayunaría en Breakfast at Tiffany’s.