Hay restaurantes para reflexionar y restaurantes para disfrutar como un jodido cosaco; restaurantes donde hacer fotitos para Instagram y restaurantes a los que irías a celebrar la última cena de tu vida, esa en la que no te vas a andar con tonterías ni vinos baratos ni con cuentas a medias. Llisa Negra es de los segundos.
La carta del último restaurante de Quique Dacosta en València —tan entregada al producto y el placer, rebosa hedonismo por todas partes y qué voy a decir yo del hedonismo, tetes: ostras en escabeche, espardeñas a la brasa, angulas, all i pebre, gamba de Dénia, raya adobada al grill o chuletón de lomo alto de rubia gallega. Muchos quilates gastronómicos. Pero si tengo que elegir un plato de este maravilloso arranque, que sea el carabinero con erizos; alta cocina y género totémico. Un plato para la memoria.