VALÈNCIA. La línea ferroviaria Xàtiva-Alcoi afronta una de sus reformas más estratégicas en las últimas décadas. Adif ha sometido a información pública el proyecto para mejorar el drenaje de los barrancos de Torrella y Forcall, en las inmediaciones del embalse de Bellús. En concreto, se prevé la construcción de un nuevo viaducto que permitirá evitar las interrupciones del servicio durante episodios de lluvias torrenciales.

La actuación, que afecta a terrenos situados en los municipios de Benigànim, Quatretonda y La Pobla del Duc, supone una rectificación del trazado de 1,6 kilómetros y la edificación de un puente de 375 metros de longitud, repartido en nueve vanos. Con ello, la infraestructura ganará capacidad hidráulica y se reducirá la vulnerabilidad del corredor frente a eventos como las Danas. 

El origen del proyecto se encuentra en la compleja relación entre la línea y el embalse de Bellús. Este pantano, concebido para laminar avenidas y contener crecidas, ha generado en repetidas ocasiones problemas a la vía férrea cuando alcanza niveles máximos de llenado.

En momentos de fuertes precipitaciones, el agua ha afectado al trazado existente, provocando cortes en el tráfico ferroviario y limitaciones en la capacidad de la presa. Por eso, la nueva solución busca corregir este "cuello de botella" y garantizar que la seguridad hidráulica no entre en conflicto con la continuidad del servicio ferroviario.

Nuevo trazado ferroviario

La propuesta de Adif contempla una ligera modificación del recorrido actual mediante un nuevo tramo curvo de 350 metros, situado en paralelo y hacia el interior de la curva existente. Así, la longitud total del nuevo trazado será de 1.683 metros y se separará hasta 75 metros respecto al corredor actual. En este recorrido, se integrará el viaducto, cuya estructura estará compuesta por un tablero mixto con cajón metálico de acero y losa superior de hormigón.

Los vanos centrales, de 60 metros cada uno, serán los encargados de 'salvar' los barrancos de Torrella y Forcall, de forma que se permita un mayor desagüe natural y se reduzca la presión sobre la lámina de agua del embalse. El impacto sobre el territorio de la actuación es significativo. El documento de expropiaciones cifra en 31.170 metros cuadrados la superficie de suelo rural que deberá ser adquirida para ejecutar las obras. 

A estos metros, se sumarán ocupaciones temporales para instalar zonas auxiliares de obra, caminos de acceso y áreas de acopio, que posteriormente serán restituidas a su estado original. Además, el proyecto implica una reordenación de los servicios ferroviarios existentes en el trazado actual, que deberán trasladarse a la nueva plataforma.

Menos interrupciones 

Por municipios, Benigànim será el término más afectado por el inicio del nuevo tramo, con diversas parcelas agrícolas sujetas a expropiación. Quatretonda concentrará el área intermedia del trazado, mientras que La Pobla del Duc recibirá el final del recorrido hasta conectar de nuevo con la línea existente. En todos los casos, las expropiaciones se centran en suelo de uso agrario, fundamentalmente viñedos y cultivos de secano, cuya titularidad pertenece a particulares, ayuntamientos y, en algunos casos, al propio Ministerio de Agricultura.

Adif ha abierto un periodo de información pública de quince días hábiles, durante el cual los afectados podrán presentar alegaciones en sus ayuntamientos o a través del portal digital del administrador ferroviario. El beneficio más visible para la ciudadanía será la reducción de los riesgos de interrupción del servicio ferroviario entre Xàtiva y Alcoi, una línea que continuamente padece incidencias asociadas a su orografía y meteorología.

La construcción del viaducto no solo garantizará el paso de trenes incluso en episodios de lluvias torrenciales, sino que además reforzará la capacidad laminadora del embalse de Bellús. De este modo, la infraestructura contribuirá tanto a la movilidad ferroviaria como a la gestión de riesgos hídricos en unos territorios acostumbrados a convivir con las Danas.