VALÈNCIA. En los últimos años, se ha detectado una mortandad masiva de pinos en buena parte del territorio valenciano, especialmente en el sur de la provincia de Valencia y en Alicante. Las comarcas más afectadas son la Marina Alta y La Safor, donde el impacto es más visible.
Según explican desde la Conselleria de Medio Ambiente, la principal causa de esta situación es la sequía prolongada y temperaturas récord registradas durante el año hidrológico 2023-2024 (octubre 2023 – octubre 2024).
Datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) muestran que este año ha sido el segundo más seco de la serie histórica, muy cerca del récord de 2014, y el más cálido desde que se tienen registros.
La combinación de precipitaciones muy por debajo de lo normal y temperaturas muy elevadas ha debilitado gravemente a los árboles, causando la muerte de aproximadamente 1,5 millones de ejemplares en toda la Comunitat Valenciana, una mortalidad sin precedentes.
Aunque en años anteriores la acción de insectos perforadores, como Tomicus, había afectado a una porción pequeña de los árboles, las inspecciones realizadas indican que la mortalidad observada se debe casi exclusivamente a la falta de agua, sin detectar actividad significativa de insectos u otras enfermedades.
En los últimos meses, se ha retirado 280.000 árboles muertos, con una inversión superior a los 2 millones de euros, y los trabajos continúan para eliminar más ejemplares. Esta intervención busca reducir el riesgo de incendios y mitigar los impactos ecológicos derivados de la pérdida masiva de masa forestal.
Expertos y asociaciones ecologistas advierten que, sin una gestión forestal adecuada y medidas de reforestación, la vulnerabilidad de los pinares frente a sequías extremas podría aumentar en los próximos años, afectando tanto al ecosistema como a la seguridad de las zonas rurales.
La AEMET también destaca que la escasez de precipitaciones ha sido especialmente grave en la costa sur de Alicante, con registros inferiores a los 200 litros, pero también significativa en la zona central y litoral de Valencia y en toda la costa alicantina, áreas donde la vegetación suele estar habituada a un régimen de lluvias más favorable.