Comarca y empresa

El dueño del chiringuito Mumbai de El Perelló denuncia una "campaña de acoso vecinal" para forzar su cierre

El Ayuntamiento asegura que no le ha concedido la licencia de apertura por un informe técnico desfavorable, aunque el propietario defiende que ha cumplido con todos los requisitos

  • El chiringuito Mumbai de El Perelló, por la noche.
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VALÈNCIA. El chiringuito Mumbai, uno de los establecimientos más emblemáticos del paseo marítimo de El Perelló, vive un verano complicado. Su propietario, Carlos Álvarez, ha iniciado una recogida de firmas en la plataforma Change.org en defensa de su negocio, que lleva más de siete años ofreciendo actividades culturales, música en directo y ocio frente al mar. Según cuenta Álvarez a Valencia Plaza, este año no ha obtenido la licencia municipal de apertura, lo que le impide operar con normalidad y le expone a ser sancionado.

Álvarez denuncia una "campaña de acoso" por parte de un grupo de vecinos que, asegura, estarían ejerciendo una fuerte presión sobre el Ayuntamiento de El Perelló y la Demarcación de Costas para forzar el cierre del chiringuito. Según afirma, estas presiones han derivado en una "persecución institucional" que ha desembocado en la denegación de esa licencia, así como en una serie de restricciones que le impiden programar conciertos, monólogos o talleres como venía haciendo en temporadas anteriores.

  • Un concierto en el chiringuito Mumbai de El Perelló. - Foto: PABLO ASENSI

"Este verano, el Ayuntamiento nos ha denegado la licencia de apertura, a pesar de haber cumplido con los mismos requisitos que otros años", asegura el propietario. Entre otras medidas, se le ha prohibido organizar cualquier actividad cultural o musical, pese a presentar auditorías acústicas que, insiste, demuestran que cumple con la normativa vigente.

"La ley permite hasta 45 decibelios en las viviendas colindantes y el límite del chiringuito está en 43,8", explica. Álvarez recuerda que, aunque la Policía Local ha acudido al establecimiento en varias ocasiones, no ha formulado ninguna denuncia, tras comprobar que el recinto cumple con los límites acústicos establecidos.

Por otra parte, lamenta que Costas le haya exigido retirar pasarelas de acceso para personas con movilidad reducida, algo que considera "incomprensible" y que, a su juicio, también se deriva de la presión de los vecinos. De hecho, asegura que uno de ellos envía fotos a diario a la Administración y presenta quejas de forma sistemática.

El Ayuntamiento niega la licencia por un informe técnico desfavorable

Sin embargo, desde el Ayuntamiento de El Perelló ofrecen una explicación distinta. Preguntado por este diario, el alcalde, José Codoñer, sostiene que "la licencia de actividad del chiringuito Mumbai aún no se ha concedido porque el informe técnico ha sido desfavorable". El consistorio asegura que se ha requerido a la empresa la subsanación de la documentación presentada y que, hasta el momento, no se ha recibido respuesta. 

"Mientras no se obtenga dicha licencia, no podrán llevarse a cabo actividades complementarias", zanja el primer edil. Por su parte, Álvarez insiste en que ha entregado toda la documentación necesaria y que se le han solicitado informes adicionales a medida que avanzaba el proceso. "He repetido auditorías acústicas, entregado contrainformes y, cada vez que cumplo un requisito, me exigen otro nuevo", sostiene.

El propietario, que ha mantenido reuniones con el equipo de gobierno, denuncia haber sido advertido de que los vecinos que protestan "van muy en serio" y que, incluso, habrían amenazado al propio Ayuntamiento con acudir a la Fiscalía si no se actuaba contra el chiringuito.

  • Imagen de archivo del chiringuito Mumbai de El Perelló. - Foto: MUMBAI PERELLÓ

Ante esta situación, Álvarez ha anunciado que emprenderá acciones legales contra varios vecinos por acoso y abuso de derecho. Mientras tanto, continúa con la recogida de firmas tanto en digital como en papel. "No se trata solo de mi negocio, sino de la dignidad de los pequeños empresarios que cumplen con todo lo que se les exige y, aún así, ven cómo se les ponen trabas", afirma.

La polémica deja en el aire no solo la temporada del chiringuito, sino una oferta cultural que, según su responsable, contribuye a dinamizar el turismo y la hostelería del municipio. "Cuando hay un concierto, los restaurantes del pueblo se llenan. Esto no solo me afecta a mí", concluye Álvarez.

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