VALÈNCIA. Utiel fue el primer municipio que sufrió el golpe de la Dana del 29 de octubre de 2024. El desbordamiento del río Magro arrasó calles, viviendas y edificios públicos, dejando seis víctimas mortales en este municipio. Entre los más de cien centros educativos dañados por la riada en la provincia de Valencia, el IES Alameda y el Conservatorio Profesional de Música de Utiel han sido dos de los más afectados. Un año después, ambos siguen cerrados y el alumnado continúa distribuido en distintos espacios de la localidad.

En este contexto, la Conselleria de Educación ha anunciado la licitación de los contratos para la redacción de los proyectos de ejecución, así como la dirección de obra, de ambos centros educativos. Los anuncios, publicados en la Plataforma de Contratación del Sector Público el pasado 7 de octubre, constituyen el primer paso hacia la reconstrucción de las infraestructuras dañadas por la Dana. Las actuaciones se tramitarán por procedimiento abierto y urgente y podrán financiarse con los fondos europeos Feder. Ambos proyectos suponen una inversión global que supera los 11 millones de euros en estimación de costes de obra.

Una reconstrucción parcial y nuevo edificio anexo

El contrato para el IES Alameda de Utiel contempla la asistencia técnica necesaria para redactar el proyecto y dirigir las futuras obras de reparación y adecuación del centro. El documento fija un presupuesto estimado de 8,6 millones de euros. Por otro lado, la intervención plantea la demolición completa de la planta baja, destruida por el agua y el lodo, y la adecuación integral de la planta superior, que se conservará con mejoras de accesibilidad, climatización e instalaciones. 

Además, el proyecto prevé la construcción de un nuevo edificio anexo, conectado al actual, que sustituirá los espacios demolidos -como talleres, despachos y cafetería-, junto con la reparación del gimnasio, las zonas deportivas y el entorno exterior. La actuación se ampara en el Decreto Ley 11/2024 del Consell, que declaró de interés general las obras de reconstrucción educativa derivadas de la Dana. 

Un informe técnico de Adypau Ingenieros, fechado en febrero de 2025, concluyó que la estructura del edificio era recuperable, descartando su demolición total. El contrato fija un plazo de cuatro meses para la redacción del proyecto, contado desde la firma, y una duración adicional vinculada al periodo de ejecución y garantía de las futuras obras, que no podrá superar los dos años. El calendario real dependerá de la formalización del contrato y de la posterior licitación de las obras de reparación.

El nuevo Conservatorio se levantará en otra parcela

El segundo contrato licitado corresponde a la redacción y dirección de obra del nuevo Conservatorio Profesional de Música de Utiel, que se levantará en un solar distinto al actual. El presupuesto de ejecución material se estima en 3,3 millones de euros. El nuevo edificio, de 1.976 metros cuadrados construidos, se ubicará en la calle Caudete de las Fuentes, en una parcela propiedad de la Generalitat, y tendrá capacidad para 260 puestos escolares. 

La decisión de trasladarlo responde a los informes de riesgo: los espacios que ocupaba en la planta baja del IES Alameda quedaron completamente destruidos por la riada y no pueden reconstruirse en el mismo punto. El proyecto incluirá todas las fases técnicas -desde el estudio geotécnico y el levantamiento topográfico hasta los planes de seguridad y salud- y deberá ajustarse a las instrucciones de diseño y construcción para edificios de uso docente de la Conselleria.

Al igual que el del IES Alameda, este contrato se tramita por vía urgente, con cuatro meses para la redacción del proyecto y un periodo posterior que cubrirá la dirección de obra y la supervisión durante el tiempo de garantía.

Un curso de supervivencia para 400 alumnos 

Mientras se avanza en los expedientes administrativos, la comunidad educativa del IES Alameda trata de adaptarse a una realidad que, un año después de la riada, sigue marcada por la provisionalidad. "Aún no han empezado las obras. Estamos repartidos en cinco espacios educativos que nos han acogido. Estamos sobreviviendo y sacando el centro adelante día a día", explica el director del instituto, Jorge Fuentes, en declaraciones a los medios de comunicación.

Desde el inicio de la tragedia, los cerca de 400 alumnos de este centro se reparten entre el IES Miguel Ballesteros, la Escuela Oficial de Idiomas, el CEIP Canónigo Muñoz, el complejo deportivo El Nogueral y la Escuela de Hostelería, todos ellos ubicados en Utiel. Esta distribución complica la organización del curso y sobrecarga los recursos educativos del municipio.

"La comunidad educativa está unida y fuerte. Hemos entrado en un proceso de resiliencia, pero la situación no es sostenible a largo plazo", añade Fuentes. La falta de personal administrativo y la continua movilidad del profesorado entre centros agravan el día a día de un instituto que, desde la riada, ha tenido que reinventarse por completo.

Los barracones, aún sin instalar

De hecho, uno de los principales motivos de frustración es el retraso en la instalación de aulas prefabricadas, que deberían haber estado preparadas para el inicio del curso escolar en el mes de septiembre. El plan inicial preveía seis módulos de 45 metros cuadrados para materias prácticas y ciclos formativos, distribuidos entre la Escuela de Hostelería y el CEIP Canónigo Muñoz. 

Sin embargo, los trabajos apenas han comenzado. "Nos gustaría que las aulas prefabricadas, que deberían haber estado listas en septiembre, se instalen lo antes posible. Esperemos que, a mediados de noviembre, estén terminadas", admite Fuentes. De los 21 módulos previstos, solo uno está operativo. Esta demora ha impedido habilitar  talleres de tecnología, aulas de música o laboratorios, obligando a improvisar soluciones en espacios no preparados. 

Las licitaciones marcan el inicio formal de la reconstrucción de ambos centros educativos en Utiel, aunque el proceso se prevé largo. La Conselleria establece cuatro meses para la redacción de los proyectos y un tiempo de ejecución y garantía que podría extenderse hasta dos años más, según los pliegos. 

No se han fijado fechas de finalización, por lo que el avance dependerá de la formalización de los contratos y del posterior inicio de las obras. Hasta entonces, la comunidad educativa deberá estar pendiente de los plazos administrativos. "Nos gustaría que esos dos años que nos comentan para que el centro esté listo no se alarguen más", concluye Fuentes.