VALÈNCIA. Este viernes, Alaquàs vivirá una jornada inédita. Por primera vez, se organiza en el municipio una concentración LGTBIQ+, impulsada por antiguos alumnos del colegio concertado Madre Josefa Campos para denunciar públicamente la práctica de terapias de conversión sexual. El caso salió a la luz el verano pasado y, desde entonces, no ha dejado de sacudir a la comunidad educativa y política valenciana.
Todo empezó en julio de 2024, cuando el diario Levante-EMV se hizo eco de las primeras informaciones sobre un profesor del colegio concertado Madre Josefa Campos de Alaquàs que, presuntamente, ofrecía terapias de conversión a estudiantes. Las denuncias señalaban que F.M., docente con más de cuatro décadas de antigüedad en el centro, habría intentado "curar la homosexualidad" de varios alumnos -algunos de ellos menores de edad-, con charlas, presiones psicológicas y, en al menos un caso, medicación.
Más tarde, la cadena de televisión La Sexta, a través de una cámara oculta, logró documentar este tipo de prácticas tanto dentro del colegio como en el Centro de Orientación Familiar (COF) Mater Misericordiae, en València, donde F.M. también ejercía un rol directivo. Las imágenes mostraban cómo se ofrecían supuestos tratamientos para "reorientar" la sexualidad de jóvenes mediante recursos espirituales y justificativos pseudocientíficos.
Ese mismo verano, la Conselleria de Educación trasladó el caso a la Fiscalía, que abrió diligencias por un posible delito de odio. El impacto fue inmediato: decenas de personas se pusieron en contacto con los medios de comunicación y, en consecuencia, surgieron testimonios que abarcan desde 1991 hasta el curso 2023-2024.
"Esto no es espiritualidad. Es tortura"
Hugo fue alumno del centro y tenía solo 12 años cuando su tutor lo sacó de clase para advertirle que Jesucristo no lo aceptaría si sentía atracción por otros chicos. "Te preguntaba por traumas infantiles, te daba libros sobre cómo ser un 'hombre de verdad'. Era constante. Cuando le confesabas lo que sentías, empezaba la tortura", relata, en declaraciones a Valencia Plaza.
Según explica, el profesor mantenía sesiones periódicas con varios alumnos y utilizaba presentaciones en PowerPoint para justificar "el momento en que te habías desviado". "Me sacaba de clase, me hablaba en un rincón del colegio donde nadie pasaba. La situación era muy violenta", recuerda. Con el tiempo, las sesiones se volvían más habituales: charlas semanales, libros sobre la "masculinidad correcta" y comentarios culpabilizadores.
"Me hizo sentir un bicho raro. Que yo era el problema y tenía que cambiar", explica. "Esto es una tortura, lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero parece que aquí no lo quieren ver. Y pasa en un colegio concertado, con dinero público", insiste Hugo. En la actualidad, este ex alumno del centro recibe atención psicológica, pero reconoce que han tenido que pasar años para empezar a superar el trauma que vivió: "Me costó mucho entender que no era culpa mía".

- Imagen de archivo del colegio Madre Josefa de Alaquàs. -
- Foto: JORGE GIL/EP
Una vez estalló el escándalo, el colegio apartó a F.M. de las aulas y lo reubicó en tareas administrativas, aunque continúa acudiendo al centro. "Entra antes de las ocho de la mañana, a escondidas. Su coche está ahí cada día y sigue en nómina", denuncia Hugo. La situación se agravó cuando se conoció que su esposa, también profesora en el mismo colegio, continuaba dando clases pese a estar señalada en una querella por llevar a cabo prácticas similares.
La respuesta institucional, según explica Hugo, ha sido lenta. El Arzobispado de València no suspendió la actividad del COF Mater Misericordiae hasta febrero de 2025, después de que la propia hermana de F.M. revelara haber intentado denunciarlo por abusos sexuales en la infancia, aunque sin éxito por prescripción legal.
La primera concentración LGTBIQ+ de Alaquàs
A nivel político, la denuncia también se trasladó a Les Corts. En octubre, Compromís intentó promover una comisión de investigación sobre pseudoterapias en centros educativos de la Comunitat Valenciana. Sin embargo, la propuesta fue rechazada por los votos del Partido Popular (PP) y Vox. El diputado de Compromís, Francesc Roig, ha liderado desde entonces la presión institucional.
Esta misma semana, Roig presentó la lista oficial de personal del colegio enviada por la Conselleria de Educación, donde se confirmaba que F.M. seguía contratado. "Dijeron que lo habían apartado. Está dentro del centro. Y eso es una negligencia grave", denunció el diputado. Compromís mantiene activa la web noestamosenfermas.com, donde se recogen materiales didácticos y testimonios de prácticas similares en más de 60 centros concertados de la autonomía.
La movilización de este viernes, que se celebrará a las 18:00 horas y en la puerta del propio centro, también es una llamada al despertar social. "La gente cree que esto ya no pasa, que es cosa del Franquismo. Pero sigue pasando. En 2025 y en colegios concertados", lamenta Hugo.

- Cartel que anuncia la primera concentración LGTBIQ+ en Alaquàs. -
- Foto: VP
El manifiesto, que se leerá durante el acto, denuncia la "inacción institucional", exige justicia para las víctimas y reclama que este tipo de terapias sean consideradas delito penal, no solo administrativo. "Esto no es acompañamiento espiritual. Es culpa, miedo y represión. Y lo saben; son conscientes de lo que hacen", sentencia.
Durante años, Hugo guardó silencio. Después vino la rabia. Hoy, le mueve el deseo de reparación: "No busco venganza. Solo que esto no vuelva a pasar. Solo justicia". Este viernes, él estará en primera fila. No como víctima, sino como testigo de una herida colectiva que ya no se va a tapar.