Comarca y empresa

La reparación de una calle de Buñol, pendiente cuatro meses después de la Dana

Uno de los vecinos de Cuesta Navarro ha desalojado su casa por la "falta de plazos y detalles" sobre las obras que debe realizar el ayuntamiento en esta zona

  • Daños de la Dana en la calle Cuesta Navarro de Buñol, cuatro meses después.
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VALÈNCIA. La riada del pasado 29 de octubre causó graves afecciones en más de 60.500 viviendas de la provincia de Valencia, según datos del Colegio de Registradores. Durante semanas, los vestigios del temporal en la mayoría de las localidades afectadas revelaban grietas, socavones, muros caídos y, sobre todo, barro. Cuatro meses después, en Buñol, el escenario actual que se observa en la calle Cuesta Navarro no se aleja mucho de dicha imagen.

La tromba de agua se coló en el interior de las viviendas situadas en esta área que, sin sistemas de drenaje adecuados, quedó a merced de la Dana. Y, aunque el ayuntamiento adjudicó en noviembre las obras para reparar la zona, una de las más perjudicadas del municipio, estas no avanzan al ritmo que esperan los vecinos afectados. Entre ellos, Sergio Ortiz, el único residente que se ha visto obligado a abandonar su casa en la calle Cuesta Navarro tras la catástrofe. 

Ortiz vive en un edificio de dos plantas cuya estructura resisitió la fuerza de la riada, pero los destrozos en la planta baja y el garaje lo han dejado en condiciones inadecuadas para habitarlo. "Podría entrar a reparar la instalación de agua, pero si pasa algo, no me hago responsable de lo que le pueda suceder a cualquier fontanero que entre allí", cuenta este vecino a Plaza. Aunque un muro en riesgo de derrumbe y situado en la parte posterior a su vivienda ya se ha retirado, la zona sigue siendo insegura. "Han pasado cuatro meses y todavía caen cascotes", comenta. 

Interior de la vivienda de Sergio Ortiz, en la calle Cuesta Navarro de Buñol, tras la Dana.
  • Interior de la vivienda de Sergio Ortiz, en la calle Cuesta Navarro de Buñol, tras la Dana. -

Un vecino sin casa y "sin respuestas claras"

El agua destrozó el garaje, arrancó el techo y la puerta, además de llevarse por delante la instalación de agua potable. Todo lo que había dentro de la vivienda desapareció. "Llevo denunciando desde 2017 que esta calle no tiene infraestructuras adecuadas para evacuar el agua cuando hay lluvias fuertes", asegura Ortiz, quien reclama mayor transparencia por parte del ayuntamiento.

"Sé que la obra está adjudicada, pero no sé ni cuándo ni cómo van a actuar sobre mi casa", añade. Su tío, que todavía reside en el edificio a pesar de las condiciones adversas, tampoco ha recibido información concreta sobre las actuaciones previstas. Ortiz lamenta que la falta de medidas provisionales agrava su situación: "No se ha hecho nada para evitar que el agua vuelva a entrar".

Este vecino de la calle Cuesta Navarro no solo reclama una solución rápida, sino también información clara por parte del consistorio sobre la intervención prevista en la zona. "Ni siquiera me han explicado qué van a hacer exactamente. No sé si van a levantar un nuevo muro, si van a reforzar el terreno o qué medidas van a tomar", critica. La incertidumbre pesa sobre él y su familia, en concreto, sobre su hijo, que cada día pregunta cuándo podrán volver a casa. "Es difícil explicarle que no depende de nosotros, que no sabemos nada más", añade.

El ayuntamiento defiende su gestión 

Por su parte, el teniente de alcalde y concejal de Obras y Servicios Municipales, Sergio Galarza, reconoce la demora en las obras, pero insiste en que la intervención en la calle Cuesta Navarro es prioritaria. "La obra ya está adjudicada, los escombros han sido retirados y estamos pendientes del informe geotécnico para determinar la mejor solución", explica a este diario. 

Además, el consistorio prevé la instalación de un colector de aguas pluviales para prevenir incidentes similares: "Esta cuesta existe desde hace décadas y nunca ha tenido un colector. Nosotros vamos a ponerlo para evitar que esto vuelva a ocurrir". Sin embargo, los plazos para ejecutar dichas actuaciones continúan sin definirse. "Es una obra de emergencia, pero hay muchas zonas afectadas en la provincia y esto retrasa el proceso", justifica Galarza, quien apunta a la saturación de los geotécnicos como un factor clave en la demora.

El edil subraya que el proyecto es complejo y requiere de estudios previos antes de su ejecución: "Hasta que no estuviera listo todo el estudio, no podíamos empezar". Galarza asegura, además, que los trabajos en la calle Cuesta Navarro son una prioridad para el consistorio dentro de las obras de emergencia programadas en la localidad. Sin embargo, insiste en que "hay procesos que dependen de tiempos técnicos y admnistrativos que no podemos acelerar".

Al margen de estas explicaciones, Ortiz y su hijo permanecen en casa de su madre sin una fecha clara de regreso a su hogar. "Nos dicen que la obra está adjudicada, que se hará, pero nadie me explica cuándo ni cómo van a actuar sobre mi casa", concluye. La espera se prolonga y, con ella, crece la frustración entre los vecinos afectados.

Con cada nueva tormenta, el temor de que la situación empeore sigue presente. "Si vuelve a llover con fuerza y no se ha hecho nada, la historia se repetirá", advierte Ortiz. Por tanto, hasta que las obras comiencen, la calle Cuesta Navarro continuará siendo un punto crítico en Buñol.

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