VALÈNCIA. La ruta fluvial entre Chelva y Calles -más conocida como la Ruta del Agua- ha sido, durante años, uno de los recorridos más populares de la serranía valenciana. Un sendero que discurría entre barrancos y vegetación de ribera, siguiendo el curso del río hasta conectar ambos municipios en un itinerario circular que atraía a cientos de excursionistas cada fin de semana. Ahora, el paisaje ha cambiado por completo.
La Dana del 29 de octubre lo ha transformado todo. El río Tuéjar se desbordó como consecuencia del temporal, con lo que no solo modificó su cauce, sino que arrebató tramos enteros de este sendero, además de destrozar las huertas colindantes y los accesos a la ruta. Caminos que antes estaban perfectamente delimitados se ocultan bajo toneladas de lodo y piedras arrastradas por la fuerza del agua. “Es un desastre. No reconocemos el terreno”, lamenta la alcaldesa de Calles, Consuelo García, en declaraciones a Valencia Plaza. “En algunos tramos, el camino simplemente ha dejado de existir”, reconoce García.

- El río Tuéjar se desborda a su paso por Chelva -
- AYUNTAMIENTO DE CHELVA
El 9 de noviembre, los ayuntamientos de Calles y Chelva anunciaron el cierre indefinido del itinerario y, aunque se ha logrado reabrir la senda de Peña Cortada de forma parcial, la Ruta del Agua permanece inhabilitada tres meses después. “No podemos hablar aún de plazos”, admite García y, en ese sentido, recuerda que “era una de las rutas más transitadas y queremos recuperarla, pero la magnitud de los daños hace que el proceso sea complicado”.
Antes de la Dana, los excursionistas podían recorrer la ruta fluvial entre ambos municipios de Los Serranos y regresar al punto de origen sin necesidad de abandonar el entorno natural. Ahora, ese itinerario ha quedado interrumpido. “Nos hemos encontrado con excursionistas que no sabían por dónde regresar porque el camino ha desaparecido”, explica la alcaldesa de Calles.
Desde el consistorio municipal, buscan soluciones, entre las que figuran la compra de terrenos que permitan habilitar un nuevo trazado. “El río se ha llevado mucho, pero buscamos recuperar un paso seguro”, explica la alcaldesa.
Turismo en jaque
El turismo rural no solo representa una fuente sólida de ingresos para estos municipios del interior de Valencia, sino que resulta un pilar fundamental para su economía local. De este modo, restaurantes, casas rurales y pequeños comercios dependen casi exclusivamente de la llegada de visitantes que buscan perderse en la naturaleza. Pero, sin las rutas acondicionadas, esa afluencia turística se reduce de forma drástica.
“Los primeros fines de semana tras la Dana fueron desoladores”, recuerda García. “Calles estaba vacío y los negocios lo notaron de inmediato”. Aunque la reapertura de Peña Cortada ha dado algo de oxígeno a los negocios del pueblo, la incertidumbre en el sector del turismo local sigue latente. Por eso, el objetivo es llegar a la temporada estival con parte del trazado recuperado.

- Imagen de archivo del acueducto de Peña Cortada, en Calles -
- AYUNTAMIENTO DE CALLES
“Pascua es importante, pero el verano es clave. Si no conseguimos recuperar parte de la ruta para entonces, el golpe económico será durísimo”, advierte la alcaldesa de Calles. Para tratar de mitigar el impacto, el consistorio trabaja en alternativas, como potenciar las visitas al casco histórico o recomendar otras rutas que han quedado menos afectadas tras el paso del temporal.
Recuperación a contrarreloj
Calles ha recibido 3,5 millones de euros en ayudas por parte del Gobierno central, de los cuales se destinará una partida de 100.000 euros a la restauración de caminos afectados por el temporal. Sin embargo, la alcaldesa lamenta que la burocracia ralentiza los trabajos de reconstrucción. “Somos un ayuntamiento pequeño, con pocos recursos técnicos y tenemos que gestionar todo con un personal limitado”, lamenta García.
Hasta el momento, se han destinado fondos propios para acelerar las reparaciones en el municipio. “No podíamos quedarnos de brazos cruzados”, insiste la alcaldesa. Los daños del temporal no se limitan únicamente a las rutas de senderismo, ya que la piscina municipal también ha sufrido graves desperfectos. “Si no la arreglamos a tiempo, perderemos otro atractivo turístico esencial en verano”, señala García.
El reto es enorme. La Ruta del Agua, uno de los tesoros del turismo rural en la Comunitat Valenciana, desapareció en cuestión de horas. Su reconstrucción llevará tiempo, pero los municipios de Calles y Chelva confían en devolver a estos pueblos la vida que el agua les arrebató.