VALÈNCIA. Las licitaciones municipales continúan quedando desiertas en numerosos ayuntamientos de la Comunitat Valenciana y todo apunta a que esta situación se prolongará, al menos, durante los próximos cinco años. Así lo reconocen distintos responsables locales en declaraciones a Valencia Plaza, quienes también alertan de una combinación de factores que impide avanzar en la ejecución de proyectos esenciales para los municipios, desde asfaltados hasta mejoras de polígonos industriales o edificios públicos.
El fenómeno, que ya venía produciéndose antes de la Dana del 29 de octubre de 2024, se ha agravado tras la catástrofe. La avalancha de obras de reconstrucción, sumada al incremento generalizado de los precios y a la falta de personal técnico, ha generado un cuello de botella que amenaza con ralentizar la actividad municipal durante años. "Faltan recursos humanos y las licitaciones se quedan desiertas", reconoce la presidenta de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) y alcaldesa de Xirivella, Paqui Bartual.
En concreto, Bartual advierte de que "no hay empresas suficientes para asumir los proyectos y vamos a tardar cuatro o cinco años en recuperar la normalidad". En los ayuntamientos, las obras que antes se adjudicaban con facilidad ahora quedan sin ofertas, incluso cuando se elevan los precios. Un motivo que, según el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, se justifica en que "a raíz de la Dana, ha habido un aumento brutal de la ejecución de obra".

- Obras de reconstrucción por la Dana en el barranco de Picanya. -
- Foto: KIKE TABERNER
La demanda simultánea de reparaciones, unida al encarecimiento de los materiales de construcción, ha disparado los costes y ha reducido la capacidad operativa de las empresas. "Subes el precio y, aún así, el proceso de licitación se queda desierto", añade Rodríguez. Todo ello ha provocado que muchos contratos menores no encuentren interesados.
Una situación que se repite en diferentes municipios valencianos, donde las consecuencias administrativas llegan a ser tan graves como las económicas. "A 31 de diciembre tengo que justificar la obra, pero, si nadie la ejecuta, ¿cómo lo explico a la ciudadanía?", lamenta la alcaldesa de Puçol, Paz Carceller.
La dirigente explica que los ayuntamientos están obligados a justificar la ejecución de las subvenciones en un plazo determinado, normalmente vinculado al cierre del ejercicio. Si una licitación queda vacía, el proyecto no puede realizarse y la ayuda se pierde.
Un contexto económico adverso
La raíz del problema se encuentra en un contexto económico adverso. Tal y como informaba este diario hace unas semanas, el coste de materiales básicos como el acero, el hormigón o el cobre han subido entre un 10% y un 15% en un año. "Los concursos salen con precios que ya han quedado obsoletos cuando se publican", explicó el presidente de la Federación de Contratistas de Obras en la Comunitat Valenciana (Fecoval), José Luis Santa Isabel.
El resultado es que muchas obras menores, por debajo de 1,5 millones de euros, quedan desiertas porque las empresas no pueden cubrir los costes con los importes licitados. A ello se suma la escasez de maquinaria disponible y la saturación de los suministros. Excavadoras y camiones se contratan desde otras comunidades, lo que encarece los traslados y alarga los plazos.
En ese sentido, Santa Isabel recomienda que los ayuntamientos agrupen proyectos y liciten contratos de mayor entidad: "Con medios limitados, las empresas no acuden a obras pequeñas de 100.000 euros". El diagnóstico coincide con el que traza la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec).

- Obras de reconstrucción en Catarroja. - Foto: AYUNTAMIENTO DE CATARROJA
Su presidente, Francisco Zamora, estima que la Comunitat Valenciana arrastra un déficit estructural de 30.000 trabajadores, cifra que ha aumentado hasta los 40.000 tras la Dana. "Hay déficit en todos los oficios: electricistas, fontaneros, ferrallistas, encofradores... y eso encarece los costes y ralentiza la recuperación", apunta.
Mientras tanto, los consistorios tratan de reaccionar. Algunos han impulsado programas de formación para cubrir la demanda laboral. "Estamos organizando cursos de soldadura y logística, y siete de cada diez alumnos logran empleo", señala la alcaldesa de Puçol. Sin embargo, la formación no cubre el vacío inmediato ni resuelve la falta de técnicos en las propias administraciones.
Con la reconstrucción post-Dana todavía en marcha en muchas zonas y los concursos públicos sin adjudicatarios, los ayuntamientos valencianos afrontan un bloqueo que amenaza con extenderse durante varios ejercicios presupuestarios. Un escenario que, según coinciden alcaldes y patronales, solo podrá revertirse con más recursos humanos, actualización de precios y una mayor flexibilidad administrativa.