VALÈNCIA. A tan solo unas semanas de cumplirse el aniversario de la Dana, la reconstrucción municipal sigue sin despegar. Según explica el presidente de la Federación de Contratistas de Obras de la Comunitat Valenciana (Fecoval), José Luis Santa Isabel, los proyectos en los municipios afectados están "prácticamente a cero", una situación que contrasta con la urgencia de las necesidades vecinales y que amenaza con prolongar durante años el proceso de recuperación.
Las carreteras y grandes infraestructuras dañadas en los primeros días de emergencia se repararon con rapidez. Pero las obras de escala local -calles, instalaciones deportivas o equipamientos públicos-, apenas han comenzado. "El dinero está; lo que falta son medios y procedimientos de contratación más ágiles", lamenta Santa Isabel, en alusión a los 1.745 millones de euros que el Gobierno central inyectó a las arcas municipales, que, a su juicio, "siguen sin traducirse en actuaciones visibles".

- José Luis Santa Isabel, presidente de Fecoval. - Foto: EDUARDO MANZANA
El coste de reconstruir se dispara
Uno de los principales cuellos de botella es el encarecimiento generalizado de los materiales de construcción. Santa Isabel detalla que productos básicos como el hormigón, el acero, el pladur, la carpintería metálica o el cobre han registrado subidas del 10% al 15% en solo un año. Un incremento que sitúa, por ejemplo, el coste del metro cuadrado de edificación en torno a los 1.400 euros, frente a los 1.200 de hace unos meses.
A la presión sobre los materiales, se suma la falta de canteras y la dificultad de abrir nuevas explotaciones en la Comunitat Valenciana, lo que tensiona aún más la oferta. "La demanda se ha triplicado y las reservas de áridos previstas para varios años se han consumido en meses", advierte Santa Isabel.
La mano de obra es otro frente crítico. Según los cálculos de Fecoval, la Comunitat arrastra un déficit estructural de 30.000 trabajadores en el sector de la construcción, al que se han añadido otros 10.000 empleos no cubiertos tras la Dana. El resultado es una espiral de costes salariales al alza y una creciente dificultad para cubrir este tipo de proyectos.

- Obras de reconstrucción de una de las pasarelas afectadas por la Dana en Paiporta. - Foto: VP
Además, la reconstrucción se enfrenta a la falta de maquinaria disponible. Excavadoras, camiones y otros equipos están saturados en distintas obras y, en muchos casos, se han tenido que traer desde otras comunidades autónomas, con el consiguiente encarecimiento por transporte y alojamiento de personal.
La situación se agrava por la lentitud de los suministros, que obliga a esperar semanas para recibir ciertos materiales básicos. Aunque no se trata de una escasez absoluta, la saturación de la capacidad productiva de las empresas provoca demoras constantes.
Contrataciones obsoletas y concursos desiertos
Más allá del mercado, los ayuntamientos se topan con la rigidez de los trámites administrativos. Los concursos públicos se diseñan con precios que, en el momento de salir a licitación, ya han quedado obsoletos por la inflación. Según Santa Isabel, esto provoca que muchas obras menores, por debajo de 1,5 millones de euros, queden desiertas, porque las empresas no pueden asumir los costes con las condiciones ofertadas.
Asimismo, el presidente de Fecoval alerta de la ineficiencia de sacar obras pequeñas, dado que requieren los mismos equipos y personal que una intervención de mayor volumen. "Con los medios limitados, las empresas no acuden a licitaciones de 100.000 euros. Necesitamos que los ayuntamientos agrupen proyectos y saquen contratos de mayor entidad para que sean viables", subraya Santa Isabel.
En consecuencia, los ciudadanos de las zonas afectadas ven cómo los proyectos se ralentizan o, incluso, se paralizan a mitad de ejecución, a la espera de que se revisen los precios o modificaciones contractuales que alargan aún más los plazos de estas obras.
"Estamos ante un drama"
La radiografía que traza Santa Isabel es contundente: "Estamos ante un drama. Los fondos están, pero los procedimientos administrativos y la falta de medios bloquean la reconstrucción. No podemos permitir que esto se alargue una década". El presidente de Fecoval insiste en la necesidad de habilitar contratos de emergencia o negociados sin publicidad, que permitan agilizar los plazos y evitar que cada expediente tarde nueve meses en completarse.
En su opinión, si se mantiene la contratación ordinaria, "las obras no empezarán hasta dentro de un año y podrían tardar entre 7 y 9 años en completarse". En cambio, con un modelo más ágil, la reconstrucción integral podría estar lista "en tres o cuatro años". Entre las fórmulas que plantea Fecoval, figuran la agrupación de contratos por zonas, la creación de un ente supramunicipal que coordine las inversiones y la recuperación de mecanismos de revisión de precios que permitan a las empresas absorber los sobrecostes.

- Puente de Carlet, afectado por la Dana. -Foto: DELEGACIÓN DEL GOBIERNO CV
Las advertencias de Santa Isabel coinciden con las preocupaciones expresadas la semana pasada por el presidente de la Mancomunitat de l’Horta Sud y alcalde de Sedaví, José F. Cabanes, quien mantuvo en Alaquàs una reunión con el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y otros ediles de la comarca.
En ese sentido, Cabanes recordó que la mayoría de ayuntamientos de la 'zona cero' no tienen capacidad técnica para asumir la contratación de estas obras. "Salvo Torrent, que dispone de un equipo administrativo potente, el resto de municipios carecemos de medios suficientes. Con las plantillas actuales, no podemos afrontar expedientes de millones de euros", reconoció Cabanes.
Un reto de planificación a largo plazo
La Dana del 29-O ha dejado tras de sí un enorme reto. No solo basta con reparar lo dañado, sino que también se debe levantar infraestructuras que eviten que una catástrofe similar vuelva a repetirse. Santa Isabel advierte de que, a día de hoy, queda "mucha tela que cortar": desde viviendas hasta equipamientos municipales y sistemas de prevención de inundaciones que aún no se han abordado.
La clave, insiste, está en la organización. "Esto requiere mucho orden, cabeza y coordinación. No podemos tener 132 pequeñas empresas actuando de forma dispersa; necesitamos grandes proyectos, con menos interlocutores y mayor eficacia", señala el presidente de Fecoval.
El dilema parece claro: o se adoptan medidas excepcionales y se refuerza la capacidad de los ayuntamientos, o la reconstrucción seguirá paralizada. La diferencia entre terminar en tres o cuatro años, o resignarse a una década de espera, dependerá de la rapidez con la que administraciones y empresas adopten un modelo eficaz.
Mientras tanto, los vecinos y vecinas de la provincia de Valencia siguen esperando. Casi un año después de la Dana, el balance preocupa: las obras municipales de reconstrucción permanecen atrapadas entre la burocracia, la inflación y la falta de medios.