VALÈNCIA. La dificultad para acceder a una vivienda asequible es uno de los factores que más condiciona el crecimiento económico de numerosos municipios valencianos. La escasa oferta, los precios elevados y la falta de alternativas a medio plazo ponen en aprietos a las empresas, que necesitan alojar a su plantilla para seguir incorporando trabajadores. En La Safor, esta presión se ha hecho especialmente evidente en los últimos años, lo que ha llevado al tejido empresarial a buscar soluciones junto a la administración local.

Así, la Federación de Asociaciones Empresariales de La Safor (Faes) y el Ayuntamiento de Gandia han iniciado conversaciones para estudiar la construcción de vivienda destinada de manera específica a trabajadores de las empresas de la comarca. La propuesta de Faes plantea levantar 28 viviendas de dos habitaciones y alquileres que se sitúen entre los 500 y 600 euros mensuales, una horquilla de precio muy inferior a la que ofrece el mercado actual en la ciudad y en su área de influencia.

Las negociaciones, que "están en una fase muy incipiente", se articulan alrededor de la fórmula de la permuta. Este mecanismo permite intercambiar suelo público por viviendas ya terminadas o en estado avanzado de desarrollo, evitando así que el consistorio tenga que asumir una inversión directa. Sobre esta base, Faes analiza qué parcelas municipales podrían adaptarse mejor al proyecto, ya que no todas cuentan con la ubicación, la superficie o las condiciones urbanísticas necesarias para levantar un edificio destinado al uso residencial industrial.

Pérdida de competitividad de las empresas

El vicepresidente de Faes, Ramón Soler, explica a Valencia Plaza que muchas empresas incorporan personal a un ritmo elevado, pero la escasez de vivienda asequible supone un freno para la ampliación de las plantillas. "Hay compañías que suman hasta diez trabajadores por semana y no encuentran dónde alojarlos", afirma Soler.

"Si un empleado debe destinar más de la mitad de su sueldo a pagar el alquiler, la empresa se ve obligada a compensarlo subiendo sueldos y, con ello, pierde competitividad", añade. Según el vicepresidente de Faes, la vivienda se ha convertido en un factor determinante para atraer talento y garantizar la continuidad de la actividad económica en la comarca. Por eso, la iniciativa busca garantizar que quienes trabajan en La Safor "puedan vivir en condiciones dignas" sin disparar sus gastos esenciales.

Desde el Ayuntamiento de Gandia, confirman a este diario que existen conversaciones con Faes, pero remarcan que se trata de una fase "meramente exploratoria". El consistorio revisa las distintas figuras administrativas que permitirían materializar una permuta y analiza las implicaciones urbanísticas de una operación de este tipo. 

La permuta, un mecanismo cada vez más empleado

Cabe recordar que la fórmula de la permuta ha ganado peso en los últimos años. A través de este mecanismo, la administración entrega suelo público a un promotor y, a cambio, recibe viviendas terminadas u otros activos equivalentes al valor del terreno, según la tasación oficial. De esta manera, se evita la inversión directa de dinero público y acelera la puesta en marcha de proyectos residenciales.

Por ejemplo, el Ayuntamiento de València lo ha utilizado dentro del 'Plan+Vivienda', con el que ha conseguido movilizar cerca de 600 VPO en distintos barrios de la ciudad. En ese plan, el consistorio recurrió por primera vez a esta colaboración público-privada con el Grupo Lobe, que entregará a la corporación local un edificio terminado de 86 pisos a cambio de cuatro solares en el nuevo barrio de Turianova.

También la Generalitat Valenciana ha empleado esta fórmula dentro del 'Plan Vive', con el que está activando parcelas públicas en desuso para generar vivienda asequible. Un mecanismo que ha despertado un gran apetito entre el sector inmobiliario valenciano, ya que uno de los principales problemas es la falta de suelo para iniciar nuevos desarrollos residenciales. 

Por su parte, la Diputación de Valencia ha decidido seguir el mismo camino con dos solares en el barrio de Natzaret y la pedanía de Borbotó, ambos situados en el Cap i Casal, donde se prevé la construcción de entre 40 y 50 viviendas protegidas. En ese sentido, Faes considera imprescindible que Gandia no quede al margen de estas iniciativas.

Según Soler, la magnitud del problema obliga a explorar todas las alternativas disponibles. Recuerda que informes recientes estiman un déficit anual de miles de viviendas en la Comunitat Valenciana, una tendencia que podría limitar gravemente el crecimiento futuro si no se actúa con prontitud. 

Aunque la iniciativa está lejos de concretarse, las conversaciones abren un nuevo escenario de colaboración público-privada para abordar uno de los grandes retos de La Safor. De prosperar, el proyecto permitiría movilizar suelo municipal, facilitar vivienda asequible y fortalecer las condiciones que necesita la comarca para mantener su dinamismo económico.