VALÈNCIA. El plan para incorporar nuevos efectivos al Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia ha quedado bloqueado tras detectar que su aplicación supondría superar el límite de gasto permitido por la regla fiscal. Una de las causas directas de esa desviación presupuestaria fue la acumulación de más de 100.000 horas extraordinarias durante la Dana del 29 de octubre de 2024, una emergencia que implicó un esfuerzo operativo y económico excepcional para el cuerpo.
Esa situación ha impedido aplicar el preacuerdo firmado con los sindicatos en marzo, que contemplaba la entrada progresiva de 45 nuevos bomberos en tres años, mejoras laborales y una reducción del número de guardias anuales. Pese al compromiso alcanzado, las condiciones legales actuales impiden ampliar plantilla o consolidar nuevas retribuciones sin incurrir en incumplimientos presupuestarios.
El bloqueo del preacuerdo ha reactivado el conflicto con los sindicatos UGT, Intersindical Valenciana y CGT, que el pasado 29 de junio iniciaron una huelga de celo. Desde entonces, los bomberos del Consorcio han renunciado a realizar horas extraordinarias, lo que ha provocado el cierre puntual de los parques y ha obligado a reorganizar turnos para garantizar los servicios mínimos.
Las organizaciones sindicales denuncian que el servicio se ha sostenido durante años gracias al uso continuado de horas extra -hasta 184.000 en 2023- para cubrir un déficit estructural de personal. Además, reclaman mejoras en los equipos de protección individual, en los protocolos de actuación y en la reposición de vehículos, algunos de los cuales consideran "inoperativos".

- Bomberos del Consorcio Provincial de Valencia.- Foto: CONSORCIO BOMBEROS VALENCIA
La formación obligatoria se iniciará en septiembre
En paralelo, sigue sin resolverse el proceso de selección de 245 plazas derivadas de varias ofertas públicas de empleo. La convocatoria permanece abierta desde hace más de dos años, pero el órgano técnico, formado por miembros del propio cuerpo, aún no ha publicado el listado definitivo de aspirantes. Esto ha impedido iniciar la formación obligatoria, que está prevista en colaboración con el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias (Ivaspe). El calendario actual prevé su arranque en septiembre y finalizará a principios de 2026.
Mientras tanto, se han incorporado más de un centenar de interinos a través de una bolsa extraordinaria, activada tras el bloqueo formativo de la bolsa principal. Según fuentes de la Diputación de Valencia, parte del retraso se debe a la negativa de algunos instructores a participar en la docencia, lo que ha obligado a buscar alternativas para mantener el servicio operativo dentro de los márgenes legales.
Ante la reducción de efectivos disponibles, se ha activado un protocolo de refuerzo que permite movilizar personal de fuera de turno en caso de emergencia, siguiendo un sistema rotatorio. También se han limitado de forma temporal las licencias voluntarias y se han reforzado las dotaciones en zonas de mayor riesgo.
Un modelo con personal estructural
En el fondo del conflicto, subyace un modelo de funcionamiento basado en una plantilla reducida y el uso intensivo de horas extraordinarias. La corporación provincial apunta que el malestar actual está vinculado, en parte, a la pérdida progresiva de esos complementos, en un contexto de transición hacia un modelo con personal estructural. Estas mismas fuentes recuerdan que las condiciones laborales del cuerpo incluyen 62 guardias de 24 horas al año y que, en algunos casos, las retribuciones han superado los 100.000 euros brutos anuales por conceptos adicionales.

- Bomberos apagan un incendio.- Foto: CONSORCIO BOMBEROS VALENCIA
Por su parte, los sindicatos consideran insuficientes las medidas adoptadas, rechazan la retirada del preacuerdo y reclaman más inversión, evaluación por categorías y mejoras alineadas con otros cuerpos de bomberos de la Comunitat Valenciana.
El clima de tensión actual contrasta con la necesidad de coordinación en los meses más exigentes del año, cuando las alertas por riesgo de incendios aumentan y la disponibilidad de recursos se vuelve más complicada. Aun así, se mantiene la planificación prevista y se sigue trabajando en la mejora de la operatividad a medio plazo, con la mirada puesta en estabilizar la plantilla, actualizar los procedimientos y continuar con la formación necesaria.