VALÈNCIA. El proyecto impulsado desde el ayuntamiento de Canet d’en Berenguer para evitar la erosión de la línea de costa ha recibido su primera valoración positiva. Según un documento de Satlink, firma líder en el desarrollo de soluciones para la sostenibilidad del medio marino, los resultados de la primera fase de esta iniciativa pionera son esperanzadores y abren la puerta a una segunda, en la que se aumentará el número de boyas para poder monitorizar en tiempo real el fondo marino de la localidad y obtener los datos necesarios para evitar el retroceso de la playa Racó al Mar.
Según aseguró Pere Antoni, alcalde de Canet, "estamos muy satisfechos por el contenido de este primer informe, pues indica que avanzamos en la dirección correcta y que el proyecto tiene una base sólida. Todavía queda trabajo por hacer, pero ya sabemos cómo proceder para monitorizar correctamente el fondo marino, paso previo a saber dónde tendremos que colocar los arrecifes artificiales que permitirán minimizar el impacto de los temporales en nuestra playa".
"La solución frente a la regresión de la playa pasa por la innovación, donde la tecnología nos permita modelar el fondo marino y comprender cómo se mueve el sedimento, para tomar una decisión adecuada sobre la instalación de arrecifes sumergidos que permita reducir la fuerza del oleaje, y que no siga erosionando la costa. Es una solución de ingeniería verde con materiales sostenibles", añadió Antoni.
La primera fase del proyecto, que comenzó el pasado mes de diciembre, consistió en la instalación de una primera boya para determinar qué tipo de software había que utilizar y poder calibrar el sistema. Así, durante este tiempo, la boya -desarrollada por la firma Satlink- ha estado emitiendo datos que han confirmado que la playa de Canet tiene un fondo rocoso no homogéneo, lo que permite seguir adelante con la idea inicial.
Esta boya, equipada con tecnología ecosonda desarrollada expresamente para este proyecto, ha realizado mediciones acústicas del suelo marino. Esto ha permitido determinar con precisión su profundidad y detectar los cambios que sufre la estructura de los sedimentos. Ahora, los datos están sirviendo para diseñar la estrategia de colocación de arrecifes artificiales sumergidos a una cota de profundidad aproximada de 5 metros. Estos provocarán una disminución en la altura del oleaje y, en consecuencia, una disminución de su fuerza. Al tratarse de instalaciones móviles, pueden desplazarse fácilmente a otra ubicación en función de los cambios en el fondo.
Para obtener mediciones más fiables, se ha desechado un sistema de escaneado en 3D en favor de otro igual de efectivo, pero menos oneroso para las arcas municipales. Este se basa en utilizar como referencia el llamado ‘cero hidrográfico’ (el plano horizontal de referencia sobre el quel se mide, de forma vertical, la profundidad) y ampliar el número de boyas para cubrir los 160 metros de extensión de la playa. Esto permite monitorizar la evolución del fondo marino sin depender de variaciones locales y facilita
comparaciones fiables a gran escala.
Este sistema permite, además, estudios a mayor largo plazo, ya que, durante el año, se observan dos ciclos: otoño e invierno (que se caracterizan por una rápida erosión y transporte de sedimentos mar adentro), y primavera y verano (los sedimentos se depositan nuevamente y se recupera parte del material perdido). Implementar el programa de manera continua impide interpretaciones erróneas, mide con mayor precisión la recuperación del fondo, evalúa su estabilidad, y determina la tendencia real.
"Este sistema -añade Pere Antoni-, es complementario a las medidas que impulsa el Ministerio de Transición Ecológica, y que cuenta ya con la preceptiva Declaración de Impacto Ambiental, que consiste en extraer arena en aguas profundas de Valencia para trasladarlas a las playas de Almardá, Cortino y Malvarrosa de Sagunto. Lo que añadimos nosotros es que, esa arena, se quedará y no desaparecerá al primer temporal".
El proyecto para frenar la erosión de la playa de Canet, impulsado desde el Ayuntamiento, fue presentado el pasado 7 de diciembre, en un acto que contó con la presencia de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. La idea del gobierno central, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, es que la localidad de Camp de Morvedre sirva de banco de pruebas para una iniciativa que puede implementarse posteriormente en cualquier punto de litoral español.
El sistema que se va a implantar recoge y procesa datos sobre el fondo marino con los que generar modelos para poder analizar y predecir el impacto de temporales sobre la playa y el grado de eficacia de los arrecifes artificiales en relación con la protección del sedimento marino. Como actualmente el mercado no ofrece ningún dispositivo capaz de realizar este trabajo, el Ayuntamiento de Canet d’en Berenguer y la multinacional Satlink -que cuenta con una experiencia de más de 30 años en el desarrollo de soluciones tecnológicas para el segmento pesquero-, han desarrollado conjuntamente el software necesario.
