Comarca y empresa

Un muro perimetral y habitaciones del pánico para afrontar futuras danas: así ha renacido Emuca

La compañía valenciana invierte ocho millones en reconstrucción, blindaje tecnológico y logística tras perder más de seis millones por la riada. “Somos más fuertes, más rápidos y más resilientes”, asegura el presidente de la compañía

  • Las barreras que se activan con alerta roja para proteger la maquinaria.
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VALÈNCIA. Un año después de que la Dana anegara sus instalaciones en Riba-roja y paralizara su actividad durante semanas, Emuca no sólo ha conseguido reabrir sus puertas sino hacerlo en una versión mejorada y, sobre todo, preparada ante futuras catástrofes. Tras invertir ocho millones de euros, esta empresa de herrajes y piezas para muebles con sede en Riba-roja ha aprovechado las obras de reparación para dar un salto en su eficiencia a su nave además de añadir elementos para proteger su maquinaria ante inundaciones e incendios. 

Un muro perimetral de hormigón, habitaciones del pánico para la maquinaria, un centro de datos elevado y sellado, nuevos sistemas energéticos y 22 muelles de carga presiden la nueva etapa de la firma, que este miércoles inauguró su reapertura. "Nos ha cambiado la vida para bien y la empresa ha aprovechado para renovarse de forma eficiente", resume su presidente, Santiago Palop, en una entrevista a Valencia Plaza.

Las riadas supusieron para Emuca unas pérdidas de seis millones por daños directos de stock, maquinaria e infraestructuras, a lo que la empresa le ha añadido dos millones más en inversiones para mejorar instalaciones, tecnología y logística. Para hacerlo realidad, la mercantil  tuvo que recurrir a fondos propios, puesto que hasta el día de hoy sólo han recibido el 30% de la indemnización del Consorcio de Seguros: "La cantidad restante nos han prometido que nos llegará de cara a final de año", añade.

"Para reabrir pusimos a trabajar nuestras reservas y nuestros fondos. La gente nos ha demostrado mucho compromiso y desde el primer momento el equipo ha estado trabajando 18 semanas seguidas en limpiar la empresa. Hemos asumido todos los costes de toda la plantilla pagando incluso incentivos, además del dinero para la reparación", explica Palop, quien asegura que tras haber sufrido una merma de medio millón de euros en los beneficios de 2024, espera un crecimiento del 7% para 2025, hasta alcanzar lo 82 millones de euros. "Este año estamos al 110%", destaca.

Tres meses de barro y trabajo manual

El agua arrasó la planta baja, el almacén y el corazón tecnológico de la compañía: servidores, departamento de IT y maquinaria crítica. La actividad quedó paralizada 20 días sin poder albaranar. Después, empezaron a mano. "Hubo 18 semanas seguidas de limpieza. No hemos dejado de trabajar porque el mercado no espera", recuerda Palop. La empresa garantizó durante cuatro meses el 100% del sueldo fijo y variable de sus 250 empleados —160 en Valencia, 43 en Italia— y desvió operativa a su plataforma logística italiana para no dejar sin servicio a sus clientes internacionales.

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Los primeros tres meses lograron un 60% de operatividad. A los cuatro alcanzaron el 90%. Y eso, insiste Palop, ha sido posible por la reacción de su gente y su red de proveedores. "Una crisis así te demuestra la importancia de tener vínculos sólidos. Los planes de contingencia no estaban preparados para algo de esta magnitud, pero los proveedores nos adelantaron producciones, fueron flexibles y nosotros también facilitamos a los más pequeños. Ha sido una cadena de favores", señala.

La reconstrucción de Emuca ha supuesto levantar una fortaleza adaptada a los sucesos extremos. El nuevo vallado perimetral es "como un iceberg": dos tercios del muro de hormigón están bajo tierra para resistir mejor futuras avenidas de agua. En el almacén, se han creado habitaciones estancas —las llaman 'del pánico'— para proteger las máquinas elevadoras en menos de 45 minutos en caso de alerta roja.

El 'datacenter' ya no está a pie de suelo: se ha transferido a la primera planta, en una sala sellada, con suelo técnico elevado, sistemas contraincendios, grupos electrógenos y autonomía energética. La maquinaria logística se ha actualizado, el área de e-commerce y retail ha triplicado su capacidad, y se han ampliado los muelles de carga de 15 a 22. Toda la superficie —38.000 metros cuadrados— ya contaba con energía solar, pero se ha reforzado con más potencia y autonomía.

"Hoy somos una empresa mucho más dinámica, resiliente y fuerte", destaca. El 65% de lla facturación de Emuca procede del mercado internacional gracias a su presencia presencia local. Tienen filiales en Francia, Reino Unido, Italia, Polonia y Portugal y atienden más de 5.000 clientes en 60 países.

La demanda de vivienda y la mejora de los espacios del hogar auguran buenos años para el sector del mueble y la cocina. Emuca quiere afrontarlos con una lección aprendida: "No estamos celebrando solo una reapertura, sino la certeza de que estamos mejor preparados para el futuro", agrega.

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