VALÈNCIA. El PP de Burjassot atraviesa desde hace años una profunda crisis interna que ha debilitado su estructura, reducido su militancia y lastrado su presencia en un municipio de más de 40.000 habitantes que, históricamente, ha sido un feudo socialista. Las tensiones, lejos de remitir, se han intensificado en el último año, especialmente tras el proceso de elaboración de las listas municipales de 2023 y la posterior intervención del partido.
El conflicto dio un salto cualitativo cuando la dirección regional del Partido Popular decidió designar a José María Caballero como candidato a la Alcaldía en las elecciones de 2023. Caballero elaboró una lista con personas de su máxima confianza, entre ellas los hoy concejales Miguel Ángel Boix y Natalia Ibáñez, amigos y colaboradores cercanos que conformaron su núcleo de apoyo.
Pero ese equilibrio se rompió poco después. Para tratar de reconducir las tensiones acumuladas durante años, la dirección autonómica intervino la agrupación local y nombró una gestora presidida por Toni Pons. El propio Pons explicó a Valencia Plaza que su misión era “pacificar, atraer gente nueva y trabajar con consenso tras una década de peleas internas”. Sin embargo, la llegada de la gestora reordenó por completo las alianzas internas.
Además de Pons, la gestora está compuesta por tres miembros: Miguel Ángel Boix, Natalia Ibáñez y otra militante que figuró en la candidatura municipal. Y según fuentes consultadas por este periódico, esta incorporación marcó un punto de inflexión: “le dieron la espalda a José María”.

- Miguel Ángel Boix y Natalia Ibañez. -
- Foto: VP
Pese a haberlos incluido en su lista y haber sido su principal apoyo, Boix e Ibáñez se alinearon con la dirección de la gestora y fueron tomando distancia de Caballero. La relación se deterioró rápidamente y Caballero quedó aislado dentro del grupo municipal. Finalmente, Caballero pasó al grupo de no adscritos, lo que supuso su expulsión efectiva del Partido Popular.
La fractura se evidenció con claridad en el último pleno municipal, donde Boix e Ibáñez rompieron la disciplina de voto mientras Marcos Campos —expresidente local— respaldó la posición oficial del partido. El episodio, señalan diversas fuentes, demuestra que la gestora aún no ha logrado estabilizar el PP de Burjassot.
Campos, que sigue defendiendo la disciplina interna, lamenta la situación. En declaraciones a Valencia Plaza afirma que espera que “el presidente actual sepa solucionar esta situación”, porque le entristece la imagen que está ofreciendo el PP en el municipio.
El tanteo municipalista
Tras su salida del PP, José María Caballero —conocido como Josema— ha comenzado a mostrarse próximo a los movimientos municipalistas de Burjassot. Fuentes consultadas aseguran que podría mantener contacto con la Unión Municipalista y que interactúa con frecuencia con ellos en redes sociales.
Sin embargo, este acercamiento podría generar tensiones. Según ha podido confirmar Valencia Plaza, el espacio municipalista ya tiene una figura que actúa como referente interno. La posible llegada de Caballero podría provocar fricciones si aspirara a encabezar una lista en 2027.

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- Foto: VP
¿Quién se presentará en 2027?
Aunque aún queda tiempo para las próximas municipales, en el PP de Burjassot ya se piensa en la confección de la futura candidatura. Fuentes populares descartan a Marcos Campos, que afirma no tener intención de ser candidato. También queda descartado José María Caballero, tras su salida del grupo municipal.
Actualmente se abren dos caminos: La vía de los actuales concejales, que podría culminar en la candidatura de Miguel Ángel Boix, dispuesto a dar el paso.
Y por otra parte, la vía gestionada por Toni Pons, aunque él mismo no quiere ser candidato “salvo que no hubiera otra alternativa”. Entre los nombres que se están barajando figura el de David Sánchez, exconcejal de Ciudadanos y perfil que ya mostró afinidad con el PP cuando fue incorporado a la estructura local en su anterior etapa.