VALÈNCIA. El crecimiento moderado del presupuesto de València para el año que viene -un 3,16%- hasta los 1.043 millones de euros recoge, sin embargo, una merma de las inversiones municipales para el año que viene. Este capítulo del presupuesto se reduce un1,8% respecto a 2022, pasando de 137,6 millones de euros a 135,2. Se convierte así, empujado por el contexto económico, en el primer presupuesto que se 'ajusta el cinturón' en materia de inversiones por parte del ejecutivo local que dirigen Compromís y PSPV desde 2015. ¿Pero quién ha perdido más?
Los datos arrojan una respuesta clara: quien más ha cedido en este apartado es la formación que dirige el alcalde, Joan Ribó, en favor de las áreas que dirigen los socialistas, encabezados por la vicealcaldesa Sandra Gómez, que además dirige la concejalía que más presupuesto cuenta, la de Urbanismo. Fundamentalmente, por la inversión que empezará a hacer el Ayuntamiento en las obras de soterramiento de las vías y el canal de acceso, que ejecuta Adif y que el consistorio financia al 25%, canalizando ese dinero por el departamento de Gómez.
Las concejalías dirigidas por la formación del guiño han gestionado durante este año 66,9 millones de euros en inversiones, el 49% del total, pero verán reducido este capítulo el año que viene de manera considerable hasta quedarse en 58,1 millones de euros, el 43%. Tendencia contraria que la que experimentan las concejalías del PSPV -con el especial tirón de Urbanismo-, cuyo presupuesto inversor asciende de 70 millones (51% del total) a los 77 millones (57%).
