VALÈNCIA. Los servicios públicos fundamentales para el sostenimiento del estado del bienestar copan la mayor parte del presupuesto de las comunidades autónomas. Por cada diez euros que, de media, ingresan las regiones españolas, gastan ocho euros en Educación, Sanidad y Servicios Sociales (dependencia). No obstante, existen diferencias territoriales de hasta 27 puntos que evidencian cómo repercute el sistema de financiación autonómica en los esfuerzos que cada autonomía realiza para cubrir los servicios básicos de sus ciudadanos.
Así lo revelan datos del Ministerio de Hacienda y el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al ejercicio 2023 en los que se observa la relación entre el gasto autonómico en servicios fundamentales y los ingresos de las respectivas regiones. Unas cifras que fueron presentadas en la XIII Jornada RIFDE sobre finanzas autonómicas que se celebró la semana pasada en la ciudad de València.
A partir de esta estadística, se observa como las comunidades infrafinanciadas dedican un mayor porcentaje de sus recursos a los servicios fundamentales (Educación, Sanidad y Servicios Sociales), lo que provoca que tengan un menor margen económico para abordar el resto de políticas autonómicas. De esta manera, mientras Navarra apenas dedica el 66% de sus ingresos a estos servicios, la Región de Murcia destina el 93%, una diferencia que impacta directamente en la capacidad de cada una de estas regiones para poder llevar a cabo políticas en otras materias como vivienda, agricultura, empleo o industria.
La Comunitat Valenciana, por su parte, es la segunda autonomía española en la que los servicios fundamentales copan una mayor parte de sus ingresos. En concreto, por cada 10 euros que recibe la Comunitat, 8,9 se destinan a Educación, Sanidad o Dependencia. Dicho de otro modo, apenas 1,1 euros de cada 10 ingresados se pueden destinar a políticas no fundamentales. Tras la Comunitat Valenciana se encuentra Castilla-La Mancha (84%) y Andalucía (83%), lo que evidencia que las autonomías más infrafinanciadas son aquellas que destinan mayor porcentaje de recursos a cubrir las materias imprescindibles.
A nivel nacional, se dedica una media del 80% de los ingresos a los servicios fundamentales. Una tasa idéntica a la de regiones como Aragón y País Vasco y superior a la de Cataluña (76%), Extremadura (75%), Galicia (74%), La Rioja (73%) o Asturias y Cantabria, ambas con un 72%. Por su parte, la Comunidad de Madrid, Canarias, Islas Baleares y Castilla y León dedican el 81% de sus ingresos a los servicios públicos fundamentales, apenas un punto más que la media nacional.
El esfuerzo per cápita se queda detrás de la media
No obstante, tal y como explicó este periódico hace escasos días, a pesar de que territorios como la Comunitat Valenciana o la Región de Murcia destinan la práctica totalidad de sus ingresos a los servicios públicos fundamentales, el desembolso por habitante ajustado es inferior de la media nacional en todos los ámbitos, salvo en Sanidad. Una cuestión que evidencia que, a pesar de que las autonomías infrafinanciadas realizan un mayor esfuerzo para cubrir las necesidades básicas de la población, la cantidad destinada por ciudadano se queda por detrás del conjunto de España.
Esta es, por tanto, una forma clara de cómo los ingresos autonómicos repercuten en la gestión de la Educación, la Sanidad o la Dependencia, tres áreas básicas para el sostenimiento del estado del bienestar, que en el caso de la Comunitat Valenciana supusieron una inversión conjunta de 18.262 millones de euros en 2023, apenas 2.200 millones menos que el montante ingresado. El gasto por población ajustada fue tres décimas inferior a la media nacional, lejos de País Vasco o Navarra y con cifras similares a las de Castilla-La Mancha o Cataluña.
No obstante, si se analiza por cada uno de los servicios fundamentales, se observa cómo Sanidad es la única área en la que el gasto valenciano por habitante se sitúa por encima del conjunto de España. En concreto, la inversión por cada ciudadano valenciano protegido por el Sistema Nacional de Salud (SNS) fue un 2,5% superior a la media, en la línea de Aragón o Castilla-La Mancha. Paradójicamente, la Región de Murcia, pese a su delicada situación financiera, fue la autonomía que acometió un mayor desembolso sanitario per cápita, un 17,1% mayor al del conjunto nacional.
En Servicios Sociales y Educación, el gasto valenciano por habitante ajustado es 5,5 y 2,7 puntos inferior a la media nacional. De hecho, los investigadores presentes en estas jornadas sobre finanzas autonómicos apuntaron a que el desembolso autonómico por habitante "está altamente correlacionado" con los ingresos de cada uno de los territorios. En este sentido, destacaron la existencia de desequilibrios "de un nivel injustificado para gestionar competencias homogéneas". Además de las desigualdades financieras, los expertos también explicaron que en estas diferencias territoriales influyen otros aspectos como son la manera en que los ciudadanos utilizan los servicios públicos o la manera en que cada gobierno organiza sus servicios, por ejemplo, en gestión directa o concertada.