VALÈNCIA. La alerta masiva a la población a través del sistema ES Alert el día de la Dana no solo fue "tardía", según la jueza que instruye la causa penal, sino también "errónea" al no incluir la urgencia de que las personas subieran a pisos altos. Un mensaje que puede considerarse obvio ante una inundación, y especialmente en una inundación relámpago como la del pasado 29 de octubre, provocada por una violenta riada.
La alerta masiva emitida desde el departamento de Emergencias de la Generalitat Valenciana no tuvo en cuenta este detalle en el primer aviso masivo, lo cual contrasta con otros protocolos de la misma Generalitat Valenciana, donde sí aparecía la instrucción de subir de las plantas inferiores a las superiores. Es el caso, por ejemplo, del protocolo remitido desde la Conselleria de Servicios Sociales, dirigida por Susana Camarero, a las residencias de la provincia de Valencia.
Se trata de un protocolo para casos de "alerta meteorológica por lluvias en centros de día y residencias para personas mayores" que la Conselleria de Servicios Sociales ya había remitido previamente pero que el día de la Dana, ante la previsión de fuertes lluvias y tras el aviso de nivel rojo anunciado por la Agencia Española de Meteorología (Aemet), volvió a enviar a los establecimientos por la mañana.
El documento, al que ha tenido acceso este diario, diferencia los tres niveles de aviso de Aemet y explica las medidas preventivas a implementar no solo respecto a familias y usuarios residentes sino también respecto a los trabajadores, así como unas actuaciones concretas para llevar a cabo en el caso de que se active cada uno de estos niveles: amarillo, narajana o rojo. Este último, recuerda, supone un riesgo meteorológico "extremo con un riesgo para la población muy alto".
De este modo, ante un aviso de nivel rojo y "en caso de inundación", el documento establece que "se debe abandonar lo antes posible los sótanos y la planta baja", no sin antes "cortar la corriente eléctrica". Además, fija que se "mantendrá contacto continuado con protección civil para seguir sus instrucciones en caso de empeoramiento de la situación" y "se activará el plan de evacuación del centro si la situación lo requiere por inundación o similar en el propio centro".
El caso de Paiporta
El problema aquel día es que la riada llegó sin que nadie avisara del riesgo. El ejemplo más evidente es el de la residencia de Paiporta gestionado por una empresa privada, donde fallecieron seis personas mayores, y cuyo director elaboró un informe en el que dejó claro que no consta por parte de ninguna administración o autoridad "comunicación directa avisando de ningún riesgo de preemergencia o emergencia". En el informe consta que la "primera comunicación oficial" del riesgo de inundación llegó a los móviles a las 20.11 horas con el sistema ES-Alert cuando el centro estaba "completamente inundado".
En el caso de Paiporta, sobre las 19.30h, unas trabajadoras observaron a lo lejos "un mar en calma" y de repente vieron cómo el agua empezaba a "entrar por el muro de la residencia" y a "invadirlo todo", por lo que empezaron a gritar "todo el mundo arriba". Instantes después, oyeron un "estruendo" como consecuencia de que el agua había "estampado" los coches contra una puerta del centro, la arrancó y empezó a entrar un "tsunami", según la descripción que consta en el informe. El personal del centro afirmaba que, "escasos minutos después", el agua llegaba a las rodillas.
El protocolo se envió a las 9.52h a las residencias
Este lunes, compareció ante la comisión de investigación de la Dana en el Congreso la vicepresidenta y consellera de Servicios Sociales, Susana Camarero, que fue consultada precisamente sobre su papel en la gestión de la catástrofe. En ese sentido, señaló que a las 9.52h su consellería envió el mencionado protocolo informativo vía mail con una serie de recomendaciones a todas las residencias y centros de día para que las pudieran llevar a cabo en caso de fuertes lluvias, al tiempo que se llamó a aquellos lugares donde había "un riesgo evidente", se cerraron centros de día, de discapacidad y de menores y se activaron los centros de personas sin hogar.
En cuanto al servicio de teleasistencia, aseguró que "todas" las llamadas de usuarios o familiares que se recibieron en el servicio de teleasistencia el 29 de octubre de 2024, sobre todo a última hora de la tarde, se atendieron y "todas" fueron contestadas. Así, los profesionales del servicio de teleasistencia hicieron tantas llamadas como pudieron y "movilizaron todos los recursos para atenderlas" derivando las llamadas, según cada caso, al 112 o a la Policía Local. En unos casos no se consiguió ayudar y, en otros, hubo casos de éxito, ha apostillado. En concreto, fallecieron 37 personas dependientes conectadas al servicio de teleasistencia.
En este punto, defendió que la empresa gestora de este servicio, cuyas funciones están "plenamente delimitadas", hizo lo "correcto" al atender todas las llamadas recibidas y que en ningún momento el servicio "colapsó". Por tanto, insistió, "sí que se actuó" y "cumplió con su obligación", que, según ha precisado, no es "utilizarlo para llamadas masivas ni para atender situaciones de emergencia" porque para eso existen" otros mecanismos para dar esa alerta".