VALÈNCIA. Jueves negro para el PSOE liderado por Pedro Sánchez. El levantamiento del secreto de sumario del caso Koldo provocó un terremoto de fuertes dimensiones en la madrileña calle de Ferraz, donde se sitúa la sede socialista, así como en el Gobierno de España dirigido por el partido del puño y la rosa en alianza con Sumar.
La implicación reflejada -"consistentes indicios"- en el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por parte del secretario de Organización, Santos Cerdán, en presuntos amaños de contratos provocó la reacción inmediata de Sánchez, que forzó la dimisión del dirigente navarro como número 3 del PSOE y el abandono de su acta de diputado en el Congreso. El también presidente del Gobierno, compareció en rueda de prensa para pedir perdón, asegurar su desconocimiento de las actividades señaladas en el citado informe y mostrar su "profunda decepción", si bien descartó un adelanto electoral.
En cualquier caso, lo acontecido este jueves supone movimiento sísmico cuya réplica también se deja sentir en los territorios alejados de la capital y, de forma sensible, en la Comunitat Valenciana, que desde la tragedia de la Dana el pasado 29 de octubre se ha situado en el epicentro informativo nacional.
Así, en los últimos meses el PSPV liderado por la también ministra Diana Morant, había puesto todos sus esfuerzos en elevar la presión sobre el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que viene atravesando momentos muy delicados al frente del Consell, con protestas multitudinarias exigiendo su dimisión; abucheos en actos públicos y las dudas de la dirección nacional del PP y de Alberto Núñez Feijóo respecto a si acometer su relevo.
Sin embargo, la inmensa crisis abierta en el eterno rival contribuye, si no a nivelar las posiciones, sí a debilitar notablemente el discurso de los socialistas valencianos, cuya línea inamovible desde marzo ha sido la exigencia de dimisión del presidente de la Generalitat y la convocatoria de elecciones anticipadas.
De hecho, en las últimas semanas la dirección nacional del PP situada en la calle Génova había dado muestras de estudiar el relevo del jefe del Consell. Tal y como informó este diario, Feijóo se plantea seriamente la sustitución de Mazón antes de verano, si bien la maniobra, aparte de la aceptación por parte del presidente de la Generalitat, necesita de un acuerdo con Vox para alcanzar una mayoría parlamentaria en Les Corts, lo que complica el escenario de forma importante.

- Cerdán y Morant se saludan en el congreso federal. Foto: EP/Rocío Ruz
Ahora bien, Mazón ha mantenido el pulso en este tiempo e incluso ha reaccionado con vistas a resistir en el cargo con diversos movimientos: aprobación de los presupuestos; reactivación del partido en su defensa; intención de reconducir su relación con las asociaciones de víctimas de la Dana, visitas a la 'zona cero', defensa de su tarea de reconstrucción frente a la del Gobierno de España o su presencia en la manifestación del domingo convocada por el PP "contra la corrupción" (del PSOE), han sido algunas de sus apuestas en las últimas semanas. Una estrategia de resistencia que sumó otro episodio el pasado martes con la visita de Feijóo a Alicante, donde Mazón aprovechó para exhibir una sólida movilización de un millar de militantes y simpatizantes.
Surge la duda de si los ardides del presidente de la Generalitat son suficientes para disuadir a Génova de su intención de avanzar en el relevo, pero lo que resulta evidente es que la posición para el líder del PPCV es hoy mucho más cómoda que en la mañana de este jueves. El foco mediático se ha trasladado a Madrid -y más en concreto a Ferraz- por unos cuantos días -o semanas-, dado que Sánchez anunció ayer que abordará cambios en la dirección de su partido; cobrarán importancia las reacciones de aliados y oposición; y todo apunta a que se producirán nuevos episodios relativos al caso Koldo y sus ramificaciones.
Todo ello proporciona una ingente cantidad de munición para el PP nacional, pero también autonómico, puesto que permite trasladar cualquier debate o discusión a la crisis directamente relacionada con Sánchez y su gobierno, lo que refuerza la táctica de ataque al ejecutivo central que ya venía utilizando el Consell de Mazón. Una postura que puede resultar especialmente efectiva con el impacto de lo ocurrido este jueves, dado que la implicación en el caso Koldo de los dos últimos secretarios de Organización del PSOE, con ocho años de mandato en total, da pie a calificar como 'caso PSOE' este proceso.
Un enunciado con elevado coste para cualquier formación política que daña especialmente a los socialistas valencianos, puesto que su posición frente al Consell de Mazón se verá en cierto modo socavada, de nuevo, por la gestión de sus compañeros de Madrid, algo que viene ocurriendo con relativa frecuencia en esta legislatura.