VALÈNCIA. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, compareció este viernes en el juzgado que instruye el caso de la Dana para responder como testigo respecto a lo acontecido el día de la catástrofe. Una declaración que había suscitado una notable expectación por la importancia del testimonio, pero también por la ausencia de manifestaciones públicas del responsable del organismo estatal en los casi 11 meses transcurridos de la tragedia que costó la vida a 229 personas en la provincia de Valencia.
En este sentido, la carencia de explicaciones públicas de Polo a lo largo de este tiempo ha provocado una línea de defensa por parte del Gobierno valenciano liderado por Carlos Mazón (PP) respecto a la falta de información que, según su postura, sufrieron el día de la Dana, algo que a su juicio resultó definitivo en la tardanza en la toma de decisiones como en la contundencia de las mismas. Así, frente a este señalamiento hacia los organismos dependientes del Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez, concretamente la Aemet y, en especial, la CHJ, la defensa del ejecutivo central ha sido capitaneada por la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé.
La estrategia, eso sí, ha sacado de la ecuación a Miguel Polo, quien no ha concedido entrevista alguna ni tampoco ha protagonizado comparecencias ante los medios para ofrecer su versión de lo acontecido. Esta ocultación de un dirigente con información clave de lo sucedido aquel día, probablemente ideada desde La Moncloa, ha permitido y alimentado que el Consell de Mazón encontrara un camino asfaltado en su relato de réplica y, sobre todo, de responsabilidad en todo caso compartida de lo sucedido, pese a que las competencias en Emergencias recaen en el Gobierno valenciano.
Que concretamente Polo ha sido escondido premeditadamente estos meses, ya fuera porque existía desconfianza sobre el nivel de solidez de su relato, por temor a que no supiera defenderse ante los medios o, directamente, porque se consideraba inoportuno alejar el foco mediático de la responsabilidad del Consell, es un hecho. Una prueba de ello es que, en comparación, sí se ha prodigado públicamente el jefe de Climatología de Aemet, José Ángel Núñez, con entrevistas en diversos medios a lo largo de estos meses dando explicaciones de lo ocurrido.
Una circunstancia que ha ido elevando la presión sobre la declaración de Polo de este viernes, generando una expectación elevada y al mismo tiempo muy concreta sobre algunas dudas que todavía no se habían resuelto, como por ejemplo cuando conoció la situación de desbordamiento del barranco del Poyo. Precisamente a esto respondió ayer el presidente de la CHJ, explicando que un técnico le comunicó los datos en torno a las 18.45 horas, pero que no los transmitió en el Cecopi, al pensar que eran ya conocidos en la reunión, de la que se encontraban desconectados en ese momento por el receso impuesto por la consellera de Emergencias, Salomé Pradas.

- El presidente de la CHJ, Miguel Polo, ante los medios este viernes. Foto: EP/Rober Solsona
Así, pese a que Polo aseguró este viernes en su declaración que fue el primero en plantear una alerta masiva a la población al inicio del Cecopi por el riesgo de desborde de la presa de Forata, solicitar el mensaje debía ampliarse a l'Horta Sur y subrayar que era Emergencias de la Generalitat la que debía revisar los datos sobre el Poyo que se transmitían en tiempo real en la web, sigue sorprendiendo que no remarcara en la reunión el extraordinario caudal (1.600 metros por segundo) que circulaba por el barranco y que sería el causante, junto al desbordede otros, de la gran mayoría de muertes de la tragedia.
Sobre esto, y más allá de que la responsabilidad de coordinar la situación y de evaluar los datos era de la Generalitat, las manifestaciones de Polo permiten un espacio al Consell para seguir defendiendo su tesis respecto al papel del presidente de la CHJ en la reunión del Cecopi. Y en este punto, probablemente juega a favor del PP valenciano el silencio en el que se ha mantenido a Polo durante estos meses, promovido con el objetivo de no dejar resquicio alguno a un mínimo reparto de responsabilidades en la tragedia. Sin embargo, esta cuestionable estrategia, apunta a golpear al PSPV-PSOE como un bumerán, al convertirse en uno de los hechos más llamativos de la declaración esa confirmación de que Polo conocía los datos del caudal del Poyo y no llegó a hacer hincapié sobre los mismos en la crítica reunión del Cecopi.