VALÈNCIA. La Conselleria de Justicia subvencionó un curso de justicia sistémica que abordó el concepto de las constelaciones familiares, una herramienta terapéutica que es considerada una pseudociencia, al “no tener base científica”. La iniciativa se enmarca en el convenio que el Consejo Valenciano de Colegios de Abogados (CVCA) tiene con la Dirección General de Atención a las Víctimas y Acceso a la Justicia y que cuenta con un importe máximo de 60.000 euros para cursos de formación y divulgación en asistencia jurídica, asistencia a las víctimas del delito, colegios profesionales, etc. "A través de ese Convenio, se posibilita que el CVCA, pueda impartir formación entre sus colegiados, lo cual gestionan ellos", explican a Plaza desde la Conselleria de Justicia.
El curso, que se celebró el pasado 22 de noviembre y al que asistieron más de un centenar de personas, contó con dos ponentes: Inmaculada Mas y Ana María Ballester, que hasta la fecha han impartido en torno a una decena de actos de este tipo, según señalaron durante este encuentro. Tal y como se explicó en la jornada, Ballester es una abogada que “cuenta con formación asociada al derecho sistémico y constelaciones familiares, siendo socia de la Asociación Española de Constelaciones Familiares y Sistémicas”. Mientras que Más, magistrada titular del Juzgado de Instancia número 5 de Torrent, empezó en el ámbito de la justicia sistémica a comienzos de 2023.
Trinidad Piquer, diputada número 11 del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (Icav), ha estado encargada de esta formación. Piquer explica en declaraciones a Plaza que la justicia sistémica se trata de un método de resolución de conflictos para abordar sobre todo separaciones, divorcios y herencias familiares, cuestiones en las que existe un “conflicto personal”. Este método utiliza las llamadas “herramientas sistémicas” que, según relata, consiste básicamente en proyecciones o intervenciones a través de muñecos para tratar de “descubrir cuál es el origen del conflicto y trabajar para cambiarlo”.
Mientras que, sobre las constelaciones familiares, expresa que “son otra cosa”, aunque admite que se trataron durante el citado curso. Tras ello, explica que la finalidad de las constelaciones es “romper unas actitudes que a lo mejor estás teniendo y están perjudicando a tu núcleo familiar”.
Lo cierto es que las constelaciones familiares son una herramienta terapéutica creada por el teólogo Bert Hellinger (1925, Leimen, Alemania). Su objetivo es encontrar y resolver patrones dentro de una familia que se encuentran ocultos y afectan a la vida de una persona. Todo ello bajo la premisa de que los problemas pueden estar vinculados a dinámicas familiares que se han ido transmitiendo entre generaciones.
Esta herramienta está considerada una pseudociencia al carecer de evidencia científica, utilizar explicaciones místicas y no seguir principios basados en la evidencia. Además, el Ministerio de Sanidad ha incluido esta práctica en el listado de pseudoterapias. A pesar de ello, cada vez gana más adeptos en el mundo de la abogacía al considerar que puede ser una herramienta útil para la resolución de conflictos.
Desde la Conselleria de Justicia reconocen la existencia del citado convenio para "cursos de formación y divulgación en materias de competencia de la Dirección General de Atención a las Víctimas y Acceso a la Justicia", pero aseguran que "es una comisión integrada por técnicos de la Conselleria y por miembros del Colegio quien aprueba de estos cursos propuestos por el propio Colegio". Además, remarcan que en la ficha del curso no figura el concepto de constelaciones familiares y señalan: "Podemos conocer el título del curso o la descripción general, pero no podemos conocer con antelación lo que luego un profesor pueda poner en sus palabras en una charla". "Nosotros no tenemos una gestión directa en la elección de ponentes ni en los ejemplos que estos utilicen para dar sus charlas, nuestra colaboración es directamente con el CVCA", aseguran desde el departamento que dirige la consellera Nuria Martínez.
“No nos estamos inventando nada”
Respecto a la jornada, Inmaculada Mas defendió que la justicia sistémica es “una posibilidad necesaria, real y muy válida” a la que llegó tras conocer a Ballester, “que es abogada y hace constelaciones”. Para defender el concepto de las constelaciones, argumentó que desde el año 2012 se están llevando a cabo en Brasil en el ámbito de la abogacía y aseguró que cuentan con “soporte legal” en España porque la Ley 1/2025 de eficiencia del Servicio Público de Justicia da la “posibilidad de introducir los métodos alternativos”. “Ya existe, no nos lo estamos inventando; en Brasil lo están aplicando y tienen estadísticas brutales”, apuntó Mas.
De hecho, durante la intervención se fueron pasando unas diapositivas que mostraban que el proyecto experimental sobre vistas sistémicas grupales en Brasil concluyó con el 100% de los casos resueltos de mutuo acuerdo si acudían ambas partes. En el caso de que acudiera una de las partes, la efectividad se reducía al 93%, pero incluso aunque ninguna de ellas se presentase en la vista sistémica, el 80% de los casos se reducían de mutuo acuerdo.
Para explicar la supuesta elevada efectividad a pesar de que ninguna de las partes acuda a la vista, recurrió a explicaciones basadas en cuestiones energéticas: “La física cuántica lo está diciendo, en el momento en el que se crea un campo gente que no ha estado también se ve favorecida por esa energía del acuerdo”. A lo largo de su intervención insistió: “No nos estamos inventando nada. Es verdad que es minoritario, pero existe”.
“Hay cosas que no se pueden explicar científicamente, pero existen”
Por su parte, Ballester reconoció la “valentía” del Colegio de Abogados por realizar este curso. Sobre las constelaciones familiares, aseveró: “Parece que tienen un poco de mala fama, que son algo esotérico”. Una cuestión que atribuyó a que su denominación “no le hace mucha justicia”: “Viene del alemán, donde se llamaba configuraciones familiares, pero al traducirlo al español se llaman constelaciones”.
A lo largo de su comparecencia apuntó que “hay cosas que no se pueden explicar científicamente, pero existen”: “Prueba de ello son la terapia sistémica y las constelaciones familiares, que ahora no se pueden explicar porque tienen mucho que ver con la física cuántica, pero seguramente cuando ya no estemos aquí lo explicarán los de después”, aseveró.
Tras ello, invitó a la sociedad a probar esta herramienta: “Te estás perdiendo una oportunidad de experimentar una sensación en tu vida que te puede cambiar”. “El universo me trajo las constelaciones familiares”, llegó a pronunciar Ballester. Se las trajo, de hecho, una visita a España de Bert Hellinger, considerado el padre de esta pseudociencia. “Es tan profundo que se desbloquean asuntos potentes en pocas sesiones”, valoró la abogada.
Su intervención estuvo centrada especialmente sobre los supuestos beneficios de esta herramienta en los clientes: “Con las constelaciones familiares, el cliente se ve desde fuera y se ve reflejado; algo le llega en lo profundo y se da cuenta de que es así”. En este punto, explicó un caso de una clienta que acudió en un contexto de divorcio: “Esto es un tema energético. Yo sentí que tenía permiso para plantearle esto, que había apertura”.
Lo que le sugirió a su clienta fue poner un papel en el suelo con el nombre de su marido y pedirle que se pudiera a una distancia de dos metros del citado papel. “Me dijo: Ana, que no leo el papel, no veo su nombre”, relató. Tras ello, Ballester le respondió: “Es que eso es lo que te está pasando. Estás tan enfadada con él que no lo miras y por eso él se enfada más. Como no lo estás mirando, se siente no visto”.
Por otro lado, Ballester procedió a contar “las leyes" en que se basa esta terapia para, posteriormente, pedir a los asistentes que realizaran unos ejercicios para que lo “experimentaran” en su cuerpo, “para que no sea algo que os cuento yo y sea como esta flipada qué dice, sino que realmente lo experimentéis”. “Esto es como Santo Tomás. Hasta que no pongo el dedo en la llaga, no me lo creo”, apostilló.
“Heredamos las emociones del sistema”
La abogada también aseveró que las personas “heredamos las emociones del sistema, no solo el ADN”. Es por ello que, si ha habido una “exclusión” en una determinada generación, esta emoción “ha quedado enquistada en el sistema y esto ha ido pasando de generación en generación hasta que alguien del sistema lo vuelve a equilibrar”
Durante la ronda final de preguntas de los asistentes, las ponentes aseguraron que una formación en constelaciones familiares dura tres años, a los que cabe sumar otro ejercicio en supervisión, pero “con que el abogado incorpore la mirada sistémica va a ayudar mucho a su cliente porque el conflicto lo va a ver desde ese lugar”. “No es necesario que sepa constelar, pero que incorpore los movimientos sistémicos ayudaría mucho a su cliente”, llegaron a afirmar antes de valorar: “Una formación de máximo nueve meses podría ser interesante como una herramienta nueva que podéis incorporar en vuestra profesión”.
“No tienen base científica”
Preguntados por el concepto de constelaciones familiares, desde el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana, aseguran a este diario que “no tienen base científica”. “No cuentan con ensayos clínicos aleatorizados, ni revisiones sistemáticas ni metaanálisis sobre su eficacia o seguridad”, resaltan desde esta organización.
En este sentido, explican que esta práctica no cuenta con el reconocimiento del Ministerio de Sanidad y que el Consejo General de la Psicología elaboró un informe al respecto en el que argumenta que la práctica de las constelaciones “comporta ciertos riesgos”.
Entre ellos, destacan el alejamiento de “soluciones reales y técnicas contrastadas” por parte de la persona afectada, así como que se atribuye a la familia “culpas injustas” que puedan derivar “en un aislamiento del medio familiar”. Por tanto, creen que “realizar un evento que favorece la divulgación de dicha pseudoterapia se opone a transmitir el conocimiento a la población con rigor científico, con el consiguiente daño que puede derivarse de la utilización de dicha intervención”.