VALÈNCIA. Una de las cuestiones que ha centrado el foco de la investigación judicial de la Dana tiene que ver con la previsión del evento meteorológico y la capacidad de anticipación de las administraciones para adoptar medidas de protección a la ciudadanía. En ese sentido, la instructora ha indagado en la información que había tanto los días de antes como en la propia jornada del 29 de octubre para tomar decisiones como la de la Universitat de València (UV), que canceló las clases el día de antes.
En ese sentido, las comisiones de investigación de la Dana en las diferentes cámaras pueden aportar información relevante, aunque sea de manera paralela a la instrucción judicial. Destaca en ese sentido un detalle revelado este lunes por un trabajador de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), el jefe de área del servicio del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH), Ignacio Valero Garcés, que compareció en la comisión de la Dana del Senado.
En una de sus intervenciones, el empleado puso sobre la mesa, a modo de contraste con la actuación de la Generalitat Valenciana, la antelación con la que actuó el organismo homólogo de Emergencias de la Generalitat de Catalunya. El ente, explicó, les convocó cuatro días antes junto a otros organismos para organizarse ante la previsión de lluvias que la Agencia Española de Meteorología (Aemet) ya había hecho para la cuenca mediterránea, todo pese a que las predicciones todavía no eran excesivamente concretas.
"El día 24 de octubre, ya Aemet preveía que en la zona de Levante podía haber una Dana pero para entonces no se tenía claro si eso sería en Tarragona, Castellón o Valencia", relató al respecto el jefe del área del SAIH. Con esa información, dijo, "el viernes 25, el Inuncat, que es el equivalente al centro de coordinación de Emergencias de la Generalitat [Valenciana], nos convoca en previsión" junto a otros entes como la Confederación Hidrográfica del Ebro y la Agencia Catalana del Agua.
"En principio no se sabía si las lluvias se iban a producir el lunes o el martes pero nos convoca en previsión", insistió en la comisión, "eso ya el viernes", y comparó esta actuación con la de la Generalitat Valenciana, que les convocó "a las 16.15h para las 17h del día 29", cuando zonas como las de Utiel-Requena ya habían sufrido graves inundaciones y, sin saberlo, poco antes de que empezara a desbocarse el barranco del Poyo. "¿Convocar a las 17h de ese día era lo normal? Yo no lo veo normal", llegó a asegurar a preguntas del senador de Compromís, Enric Morera.

- Imagen de archivo del Barranco del Poyo tras el paso de la Dana. Foto: ROBER SOLSONA/EP
No prevé instalar más sensores de caudal
El jefe del SAIH también fue interrogado por el senador del PP Jaume Llorens, quien entre otras cosas planteó la suficiencia del actual Sistema Automático de Información Hidrológica y la necesidad de implantar nuevos puntos de control, dado que el barranco del Poyo cuenta con un sensor de caudales a la altura de Ribarroja pero los barrancos tributarios aguas abajo, el de l'Horteta y Gallego, que provocaron las primeras inundaciones, no cuentan con este sistema de medición. En este sentido, Valero Garcés insistió en que estos puntos de control se instalaron en los grandes ríos y en las presas porqu,e en los barrancos, poner sensores no sirve "para prevenir de nada en el marco de las emergencias sino para confirmar" los datos recabados por Emergencias a través de otros medios.
En su intervención, insistió en que son los pluviómetros las herramientas principales de "predicción" y no los sensores de caudal, en la línea con lo sostenido el presidente de la CHJ, Miguel Polo, quien ha recalcado muchas veces que el SAIH es una vía de "observación" y que no debe servir para avisar a la población por el escaso tiempo de reacción que ofrece en zonas como la fachada mediterránea, con cauces de elevada pendiente e inundaciones relámpago. En ese sentido, el técnico aclaró que "en los barrancos como tal no hay una previsión" de instalar estos sensores. "Ahora estamos en la fase de obras de emergencia donde tenemos que reponer todo lo que fue afectado por la Dana", aseguró, para añadir que hay "en marcha una serie de expedientes" para ampliar la red de puntos de control. Con todo, insistió en que "lo importante en la cuenca mediterránea es tener un aviso de las lluvias" por lo que se va a ampliar "la red de pluviómetros".
Al respecto, y en cuanto al Sistema de Alerta Temprana (SAT) que todavía está en fase de licitación por parte de la Confederación, el técnico aseguró que el mejor SAT que hay "es la predicción". "Esperar un sensor o un modelo para que avise a una población, por ejemplo, Horta Sud, donde viven medio millón de personas, no creo que deba ser lo adecuado", aseveró en su comparecencia, para añadir que según el plan de inundaciones, la Generalitat Valenciana "se tiene que poner antes de la alerta hidrológica, con la predicción". "Se tiene que poner con la preemergencia, luego ya, con la alerta hidrológica, lo que hay que hacer es intervenir en el territorio, meter más medios", aseguró, en relación a los diferentes cuerpos que tiene a disposición la Generalitat Valenciana como los bomberos forestales, los agentes medioambientales o incluso la Guardia Civil
Las funciones de los agentes de la CHJ
Compareció en el Sendado también el que fuera jefe del Servicio de Policía de Aguas y Cauces Públicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar en la dana del 29 de octubre, Ricardo Domínguez, al que había que preguntar, fundamentalmente, por el trabajo de los agentes sobre el terreno con los que cuenta la CHJ y que estuvieron trabajando aquel día. Domínguez aseguró que los más de medio centenar de agentes estuvieron en activo hasta que anocheció, si bien un informe del organismo de cuenca presentado a Les Corts Valencianes señaló que la decena de empleados asignados a la zona que fue afectada por la Dana cumplió con su horario hasta las 15.30h o las 17h.

- El jefe del Servicio de Guardería Fluvial de la Comisaría de Aguas de la CHJ, Ricardo Domínguez Lillo -
- Foto: ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ/EP
En su intervención, Domínguez ha reiterado varias veces que las cuestiones debatidas sobre los efectos de la dana en la población “nada tienen que ver” con las funciones de su servicio, que se limitan a la inspección, control y vigilancia del dominio público hidráulico, lejos de las de emergencias o protección civil. “Nuestro trabajo principal viene después de las lluvias”, explicó este lunes en el Senado, a través de la elaboración de informes sobre los daños que estas avenidas han producido en los cauces. Por ello, aunque con conocimiento de la situación de los caudales a lo largo del día de la dana, la misma información que recibían también otros organismos, reiteró que la obligación de su servicio no era "la de informar".
Con todo, lo cierto es que en documentos del Ministerio para la Transición Ecológica, del que depende directamente la CHJ, se recoge entre las funciones de los agentes medioambientales no solo el "seguimiento de los daños causados en el dominio público hidráulico durante episodios de avenidas e inundaciones" sino también la "realización de aforos, información sobre crecidas y control de calidad de las aguas". Domínguez explicó que los agentes realizan estas tareas cuando se les requiere, por ejemplo cuando hay problemas de comunicación de los sensores automáticos.
De las llamadas realizadas por el presidente de la CHJ, Miguel Polo, aquel fatídico día se infiere que sí contactó con agentes medioambientales para conocer el estado de los barrancos, pero claro está, todos los contactos se produjeron en el horario laboral de los agentes, y por tanto antes de que se desbordara el barranco del Poyo y sus barrancos tributarios, sobre las 17h. Buena parte de las 33 llamadas que hizo fueron para hablar con agentes medioambientales responsables de diferentes zonas para consultar sobre posibles desbordamientos.
A las 9.18h, con el responsable de las zonas del bajo Magro y bajo Júcar, "para conocer las afecciones en las mismas". A las 13.26h, de nuevo para que "actualizara datos" del Júcar, Magro, y también del río Albaida. Nueve minutos después, contactó con el agente de Utiel "para contrastar la situación" del Magro: "En ese momento había inundaciones en el municipio aunque el río no se había desbordado". Solo hubo una llamada, a las 13.42h, donde preguntaba por el barranco del Poyo. "Hablo con el AMA (agente medioambiental) responsable de la zona del bajo Turia para conocer la situación actualizada del río Turia y del barranco del Poyo", señala el informe de la CHJ, que añade: "No había nada significativo en esos momentos". Es la única vez que se pregunta por el Poyo. Por la tarde, a partir de las 16.30h, cuando se empezó la súbita crecida que acabó en el mortífero desbordamiento, ya no hubp enlaces con agentes medioambientales.