VALÈNCIA. El próximo 2 de marzo se celebrarán las primarias provinciales en el PSPV. Una jornada que contará con el interés principal de ver cómo se dirimen las votaciones en los territorios donde hay más de un aspirante, caso de Castellón y Valencia. Si bien en el primer caso, el claro favorito es el actual líder provincial, Samuel Falomir, frente a la candidatura de la alcaldesa de Albocàsser, Isabel Albalat, apoyada por diputados como Ernest Blanch y María José Salvador; el segundo de los duelos, que enfrenta al alcalde de Riba-roja, Robert Raga, y al de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, apunta a ser más estrecho e igualado.
Tal y como informó este diario, el papel de favorito en la cita con las urnas lo ostentaría Raga, si bien hasta el momento los apoyos revelados por ambos candidatos se antojan más bien parejos, por lo que hay margen para que se produzca la victoria de cualquiera de ellos. No obstante, también conviene analizar qué consecuencias puede tener el triunfo de cada uno de estos aspirantes sobre las siglas del PSPV y también respecto a la líder autonómica de la formación socialista, la ministra Diana Morant.
Si gana Bielsa...
El alcalde de Mislata y actual líder provincial insiste públicamente en que uno de los objetivos de su candidatura es conseguir que Morant sea la próxima presidenta de la Generalitat, si bien de todos es sabido que la sintonía entre ambos dirigentes no ha sido la mejor en los últimos meses. De hecho, es precisamente la líder del PSPV la que, entre bambalinas, ha dado luz verde a la candidatura de Raga, que está respaldada por la totalidad de su entorno. Esto, conocido por cualquier cargo o militante del PSPV así como por la prensa especializada, conlleva un riesgo para la secretaria general del partido. Si Bielsa gana, una de las lecturas principales es que Morant habrá cosechado una derrota orgánica de relevancia al no lograr que su candidato se haga con el control de la provincia. Es más, también sería un revés para la ministra desde el punto de vista de su credibilidad interna en lo que respecta a Ferraz, puesto que Valencia es su provincia de origen.
En segundo lugar, una victoria de Bielsa reforzaría notablemente al alcalde de Mislata como alternativa a futuro, precisamente, frente a Morant. Lograr un triunfo ante un aspirante respaldado por la líder y su equipo, apuntalaría al alcalde de Mislata como posible plan B si, por ejemplo, Morant no obtiene un buen resultado en las elecciones autonómicas a la Generalitat. Una misión, la de perfilarse como alternativa, para la que se sería vital que Bielsa pudiera lograr un vuelco en la Diputación de Valencia ya fuera durante esta legislatura mediante un acuerdo con Ens Uneix o gracias a los resultados de las próximas elecciones municipales de 2027.
Si vence Raga...
Por otro lado, si el alcalde de Riba-roja resulta ganador, indudablemente la posición para la líder del PSPV, Diana Morant, sería mucho más cómoda. Así, después de varios meses de rifirrafes con Bielsa, la victoria de Raga daría a la secretaria general, además de estabilidad, un aura de mayor autoridad ante otros posibles futuros desafíos internos. De la misma manera, el perfil del alcalde de Riba-roja conlleva la ventaja para Morant de ser menos ambicioso desde el punto de vista de progresión política personal que el de Bielsa, que lleva años poniendo de manifiesto su predisposición a tratar de llegar ocupar el liderazgo del PSPV, o lo que es lo mismo, el puesto que ella ocupa.

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- Fuente: PSPV
Ahora bien, la victoria de Raga tampoco equivaldría a un mar de tranquilidad para el PSPV. El propio aspirante, en su discurso de presentación el pasado sábado, dejó entrever su deseo de 'asaltar' de inmediato la Diputación de Valencia, por lo que probablemente su victoria dé paso a una segunda batalla interna por incluso buscar el relevo de Bielsa como portavoz en la Diputación, a favor de otros alcaldes que le están apoyando en el proceso, como Jordi Mayor (Cullera), con la esperanza de que ello pueda mejorar las opciones de negociación con Ens Uneix a la búsqueda de un vuelco institucional.
En ambos casos...
Lo que sí parece seguro, ocurra lo que ocurra, es que la victoria de cualquiera de los dos aspirantes no será por un altísimo margen, sino que más bien el derrotado probablemente se sitúe por encima del 40% de los votos, lo que tampoco dibuja un escenario de ensueño dentro de una deseada pacificación orgánica. Bien es cierto que, en estos casos, resulta más sencilla la acomodación de las sensibilidades cuando la victoria corresponde al sector de un líder autonómico, dado que si existe cierta generosidad del bando vencedor, suele ser más fácil aunar los esfuerzos entorno a, en este caso, la futura candidata a la Generalitat. No obstante, si las posiciones se enconan y el bando perdedor se enroca o el ganador trata de aplicar el rodillo, la formación socialista correría el peligro de enfrentarse a una segunda mitad de legislatura y unas futuras elecciones con la provincia de Valencia, una de las más importantes de España en afiliación, totalmente fracturada en dos partes.