AGRO

La sobreoferta en el mercado europeo retrasa la recolección y baja precio en origen de la oronules

Esta variedad temprana se ha visto afectada por la presión que todavía ejercen los cítricos sudafricanos en los lineales europeos, según la Unió. La clemenules también va un ritmo lento, pero dentro de la normalidad

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CASTELLÓ. La campaña citrícola valenciana arranca con algunos desajustes a la hora de introducir en el mercado las variedades más tempranas. A pesar de las previsiones de una cosecha corta y de precios firmes en origen, la presencia masiva de fruta sudafricana en los lineales europeos está ralentizando el inicio de la comercialización de variedades de mandarina como la oronules, una de las más representativas de las primeras semanas de recolección en la Comunitat Valenciana.

Según explica el secretario general de la Unió Llauradora, Carles Peris, “no es habitual que la recolección y la salida al mercado de la oronules haya sido tan lenta en el mes de octubre; esto implica un riesgo de que la fruta se sobremadure en el árbol y acaba repercutiendo en el precio en origen”. En las últimas semanas, el exceso de oferta ha ralentizado las compras ante la falta de demanda exterior. En cuanto a la clemenules, cuya recolección ha comenzado también en estas semanas desde la Unió apuntan que el ritmo está siendo más lento que en la pasada campaña, pero dentro de la normalidad. 

De acuerdo con el informe de seguimiento de campaña de la Conselleria de Agricultura correspondiente a octubre, las cotizaciones de la oronules comenzaron el mes en una horquilla de 0,57 a 0,63 euros/kg-árbol, pero fueron descendiendo progresivamente hasta situarse entre 0,52 y 0,58 euros/kg-árbol. Este retroceso se produce en un contexto de mayor competencia en el mercado europeo, donde se han incrementado las importaciones de pequeños cítricos procedentes de terceros países, principalmente de Sudáfrica, tal y como constata el propio informe.

A ello se suman factores climáticos que, si bien han beneficiado la sanidad vegetal de los cultivos tras las lluvias de octubre, según apunta la Conselleria, también han ralentizado la recolección y favorecido la aparición de problemas de humedad en algunas variedades, como la Clemenvilla, con riesgo de Phytophthora y Alternaria.

Sudáfrica, el gran competidor del hemisferio sur

El solapamiento con la fruta sudafricana se ha convertido en uno de los principales problemas estructurales del inicio de la campaña citrícola española. Aunque la Citrus Growers Association of Southern Africa (CGA) anunció en septiembre el cierre anticipado de las zonas afectadas por la mancha negra (Citrus Black Spot), la medida no se aplicó a las regiones del Cabo Occidental y Cabo Septentrional, donde se concentra la producción de las variedades más tardías, que siguen llegando a Europa en septiembre y octubre.

Los últimos datos de la Comisión Europea confirman la magnitud de esta presión comercial. Las entradas de naranjas sudafricanas en septiembre aumentaron un 38,85% respecto al año pasado y se situaron un 11% por encima de la media quinquenal, con un total de 132.443 toneladas, lo que representa el 78,2% de todas las naranjas importadas por la UE ese mes. 

En el segmento de pequeños cítricos, Sudáfrica también ha incrementado notablemente sus envíos: 180.140 toneladas entre enero y septiembre, un 24,5% más que en 2024 y un 54% más que la media de los últimos cinco años. Solo en septiembre, la UE importó 74.459 toneladas, un 39% más que el año anterior y un 90% por encima de la media histórica, la cifra más alta de toda la serie desde 2016. La de agosto fue, además, la segunda mayor de la última década.

La estrategia sudafricana de inundar el mercado europeo al final de su campaña coincide con el arranque de la recolección en el hemisferio norte y dificulta la salida comercial de la fruta valenciana, especialmente en variedades tempranas como oronul, marisol o clemenrubí, que necesitan una rápida rotación en el mercado para mantener la calidad.

Durante el mes de octubre, el mercado europeo ha mantenido aún un importante volumen de fruta sudafricana como las mandarinas tardías Tango, Nadorcott, Orri o Leanri, que compiten directamente con las clementinas y satsumas españolas más tempranas en las primeras semanas de exportación. Asimismo, las naranjas tardías sudafricanas, de la variedad Valencia, también compiten con las tempranas navelinas españolas en los lineales de los supermercados en este arranque de temporada.

Presión internacional y desequilibrio interno

El escenario se complica además por el efecto de los nuevos aranceles de Estados Unidos a las exportaciones sudafricanas de cítricos, del 30%, que han desplazado parte de sus envíos hacia Europa, donde gozan de ventajas arancelarias gracias al acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Desde el pasado 10 de octubre, las tasas aplicables a las naranjas sudafricanas son ya prácticamente nulas y a partir de 2026 estarán completamente exentas de aranceles, lo que incrementará todavía más la presión competitiva.

Mientras tanto, el sector citrícola valenciano trata de mantener el pulso a los mercados en un inicio de campaña marcado por la contradicción entre el menor volumen de producción previsto este año —un 9,4% menos que el año pasado, según la Conselleria— y la dificultad para trasladar ese ajuste a los precios.

Los exportadores confían en que el mercado comunitario absorba progresivamente el exceso de fruta sudafricana en las próximas semanas y se reactive la demanda de cítricos españoles, tradicionalmente mejor valorados por su frescura y sabor.

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