CASTELLÓ. La provincia de Castellón suma un nuevo nombre a la lista de restaurantes distinguidos por la Guía Michelin. Llavor, situado en Oropesa del Mar, ha recibido su primera estrella, un reconocimiento que consolida un proyecto liderado por los jóvenes Jorge Lengua (Artana, 1995) y Adrián Peralta (Burriana, 1995) que ha hecho del territorio, el producto local y la tradición mediterránea su principal seña de identidad.

El galardón convierte al restaurante en uno de los cinco establecimientos de la provincia que cuentan con el reconocimiento internacional y refuerza el peso de Castellón en el mapa gastronómico. Para Llavor, la estrella llega como un premio al trabajo desarrollado desde sus inicios, no únicamente por el trabajo actual. "Recibir la primera estrella Michelin es una alegría enorme, y sobre todo, una confirmación de que el camino que iniciamos tenía sentido", señalan desde el restaurante, donde subrayan que el reconocimiento no se entiende como un objetivo final, sino como "un impulso para seguir trabajando con la misma honestidad y exigencia".

Constancia y producto local 

Detrás de la estrella Michelin hay un proceso largo y colectivo. Desde Llavor, destacan que el reconocimiento es fruto de "muchas horas de trabajo, de dudas, de aprendizaje constante" y del compromiso de un equipo que ha crecido junto al proyecto. "Como equipo lo hemos vivido con mucha emoción, orgullo y agradecimiento", explican. La apuesta por el producto de la zona es uno de los rasgos que definen la identidad de Llavor. No se trata únicamente de una elección culinaria, sino también "natural y casi inevitable".  

Pero esa relación va más allá del producto. "Conocer a quien cultiva, pesca o elabora lo que llega a nuestra cocina nos ayuda a entender mejor el producto y a tratarlo con el respeto que merece", señalan. Además, remarcan que muchos de esos proveedores "han sido antes amigos", algo que hace mucho más ameno el proceso de selección. "Creemos firmemente en apoyar la economía local y en construir una cocina que tenga sentido en el lugar en el que nace", afirman. 

Cocinar desde el paisaje

La ubicación del restaurante, entre el mar, la huerta y la montaña, marca de forma directa la propuesta gastronómica. El entorno es un elemento que condiciona la elaboración de los menús y la inspiración de los platos. "Nuestro entorno es una fuente constante de inspiración", explican desde Llavor. Cada propuesta tiene en cuenta las estaciones y lo que el territorio ofrece en cada momento. "Intentamos que cada plato sea un reflejo de ese paisaje", añaden, con la intención de trasladar al comensal una experiencia relacionada a la zona.

Además, la cocina de Llavor parte de la tradición mediterránea como base conceptual. Desde el restaurante explican que "la tradición es el punto de partida" y su interés está en comprenderla y respetarla antes de reinterpretarla. También explican que el equilibrio entre el pasado y el presente se alcanza manteniendo "los sabores reconocibles, las técnicas y la memoria", pero incorporando una mirada actual en la ejecución, las texturas o la presentación. No se trata de sorprender de forma gratuita, sino de ofrecer "una cocina sincera que dialogue entre pasado y presente".

La estrella no cambia la esencia

Pese al impacto que supone el reconocimiento de la Guía Michelin, en Llavor insisten en que la estrella no altera la esencia del proyecto. El objetivo es que el comensal siga encontrando "la misma honestidad, cercanía y coherencia de siempre" cuando se sienta a la mesa. "La estrella no cambia nuestra forma de entender la cocina ni la hospitalidad", afirman. Al contrario, refuerza su compromiso con una manera de trabajar en la que el producto continúa siendo el protagonista y la experiencia del cliente se cuida desde el respeto y la coherencia. Con esta primera estrella Michelin, Llavor consolida un proyecto que mira al territorio como origen, a la tradición como guía y al futuro con la voluntad de seguir creciendo sin perder su identidad.

Menús

Actualmente, Llavor cuenta con dos menús distintos: el menú Gran experiencia, bajo el título El despertar de la tierra dormida, y el menú Recuerdo efímero, definido como Esencia salvaje, mirada tierna. Ambos cambian con la temporada y toman como hilo conductor el paisaje y el producto del entorno, especialmente en la actual propuesta otoño-invierno. Los menús, disponibles únicamente mediante reserva, tienen un precio de 99 euros en el caso de Gran experiencia y de 79 euros en Recuerdo efímero, sin la bodega incluida.