Comunitat Valenciana

Análisis VP

Pedro Sánchez también empieza a tener un problema en Valencia

  • Puig, Sánchez, Morant y Bernabé en el congreso del PSPV de Valencia.
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VALÈNCIA. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene numerosos frentes abiertos: problemas judiciales relacionados con su esposa, Begoña Gómez; con su hermano; con su ex mano derecha, José Luis Ábalos; la incapacidad de lograr una mayoría para aprobar presupuestos; las concesiones a Cataluña (condonación de la deuda) y los pactos con Junts; conflictos con Sumar... una serie de circunstancias que ponen de manifiesto la complejidad de la legislatura que Sánchez lidera.

Pese a este escenario, la tragedia acaecida en tierras valencianas con la terrible Dana que dejó 228 víctimas mortales se ha convertido en diversos momentos en la noticia más relevante de la agenda política nacional. Y, precisamente, en este asunto la responsabilidad de la gestión recae principalmente en el Gobierno valenciano encabezado por Carlos Mazón (PP), que es el que ostenta las competencias en materia de Emergencias y Protección Civil, lo que desde el punto de vista meramente político ha dejado a los socialistas en una mejor posición teórica en la Comunitat y, también en cierta medida, en el ámbito estatal. 

No obstante, y aunque era difícil, el inquilino de la Moncloa, está empezando a conseguir tener un problema en Valencia. El motivo principal, precisamente, es su ausencia en el territorio afectado en los cinco meses desde que aconteció la tragedia.

Resulta incomprensible, o al menos nada fácil de explicar, que el presidente del Gobierno haya aparecido un total de cuatro ocasiones en tierras valencianas desde el pasado 29O: la primera, una visita para presidir una reunión del Cecopi día y medio después de la tragedia (31 de octubre); la segunda, la tensa cita en Paiporta junto a los reyes de la que el presidente fue retirado al ver comprometida su seguridad (3 de noviembre); la tercera, casi tres meses después, un encuentro con alcaldes afectados en la Delegación del Gobierno sin invitar a la Generalitat (23 de enero) y, la cuarta y última, una visita para un acto de partido, concretamente el congreso para el nombramiento de Diana Morant como líder del PSPV (1 de febrero).

Un balance pobre para con un territorio que ha sufrido una de las peores catástrofes naturales de la historia de España. Tal y como informó este diario, era predecible que tanto PP como PSOE trasladaran a Valencia las batallas del escenario nacional, como si la zona de catástrofe fuera un mero spin off dentro de su particular serial político. Sin embargo, la incomparecencia de Sánchez resulta en cierto modo humillante para la Comunitat y, más aún, va en perjuicio de que el PSPV, así lo piensan dirigentes socialistas, pueda recuperar la Generalitat en el medio plazo.

Dentro del análisis político, podría considerarse que la presencia continuada de Sánchez estos meses posdana no sumaría o incluso restaría crédito a los socialistas valencianos, dado que su figura es más que discutida y, de hecho, no son pocos los dirigentes del PSPV los que todavía culpan de la derrota electoral en las autonómicas de 2023 al clima político nacional y, más concretamente, al desgaste de Sánchez en aquel momento.

  • Puig, en una de sus últimas visitas a Valencia. Foto: EP/Jorge Gil

Sin embargo, y así lo creen algunas fuentes del PSPV, si existía una oportunidad para el presidente del Gobierno de dar la vuelta a la visión de muchos ciudadanos, esta consistía en dar la batalla de la presencialidad en la tragedia y en los meses posteriores. Obviamente, no habría sido bien recibido en muchos casos -esto lo ha sufrido en ocasiones la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé-, pero en otros habría servido para normalizar su presencia e incluso generar una dosis respeto y empatía. Especialmente frente a un presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que cinco meses después de la tragedia, todavía tiene muy difícil afrontar determinados actos públicos con normalidad. 

Sin embargo, desde la Moncloa la decisión ha sido contemporizar y medir la presencia de Sánchez en Valencia. Tratar de exprimir a través de los medios nacionales la crisis del PP en la Comunitat, pero evitando que el presidente del Gobierno bajara al barro valenciano. Reforzar la imagen de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y renovar el liderazgo en el PSPV de la ministra Diana Morant, que sigue presa del mando a distancia madrileño (incomprensible no presentar moción de censura y otras muchas decisiones), pero siempre desde la lejanía y manejando la crisis valenciana como un elemento principal en los medios de comunicación afines pero de forma secundaria en la presencialidad. 

Todo esto ha conducido a un escenario actual en el que se da al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, como absolutamente amortizado; pero no hay ninguna encuesta -al menos pública- que indique que los socialistas valencianos estén convirtiéndose en refugio de los votantes ante la tragedia ocurrida y la mala gestión del Consell. Tal y como ha publicado este diario en varias ocasiones, el presidente de la Generalitat debería haber dimitido, pero la forma de actuar de, concretamente, Pedro Sánchez, ha conducido al PSOE a empezar a tener el problema importante en la provincia de Valencia de no aparecer como la alternativa de forma nítida. Tal vez para el cálculo de unas elecciones generales puede ser suficiente, pero quizá no lo sea para recuperar la Generalitat.

 

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