VALÈNCIA. Pese a que Enisa ayuda a impulsar proyectos innovadores desde 1982, no es una entidad especialmente conocida fuera de los lindes del ecosistema emprendedor. Incluso, puede que se escape del conocimiento de multitud de emprendedores todavía. Según su consejera delegada, Carolina Rodríguez, la compañía pública ha otorgado en la Comunitat Valenciana 738 préstamos participativos por 109 millones de euros, de los cuales, 474 corresponden a proyectos en Valencia por 71.637.500 euros. En 2025 Enisa ha cerrado 37 operaciones en la Comunitat por 6 millones y 26 operaciones en Valencia por 4,2 millones. Además, de las 1.836 certificadas en España por la entidad, 185 corresponden a la Comunitat, por lo su potencial de crecimiento sigue siendo amplio.
Rodríguez explica en una entrevista a ValenciaPlaza que la Comunitat Valenciana es una región con cada vez mayor acervo innovador y que poco tiene que envidiar a las grandes urbes de Madrid y Barcelona. Un indicador de ello es la proliferación de eventos en la capital del Turia enfocados en la divulgación de proyectos innovadores y la creación de sinergias, como hizo hace un mes 'The Gap in Between', donde Rodríguez participó como una de las speakers.
-¿Cómo fueron los comienzos de Enisa?
Enisa es una empresa pública que depende del Ministerio de Industria y Turismo y que existe desde 1982. En sus inicios se dedicaba a invertir en compañías y realizaba muy pocas operaciones. En 1996 se especializó en el préstamo participativo, que es lo que realmente definió su naturaleza actual.
Un hito fundamental fue en 2010, cuando lanzamos la línea de jóvenes emprendedores. Fue una medida muy revolucionaria para la época, porque todavía no se hablaba de ecosistema de emprendimiento en España. Enisa fue pionera, en un año en el que nacía South Summit o Fondico Global lanzaba su gran fondo de fondos. Desde entonces contribuimos a que aflorara el ecosistema actual.
Nuestra misión es apoyar a la pequeña y mediana empresa, aunque la financiación se dirige sobre todo a startups y a pymes innovadoras. Practicamente todas las startups, especialmente en fases iniciales, han pasado por Enisa porque ofrecemos financiación cuando los proyectos son muy incipientes y aún necesitan madurar para captar recursos.
-¿Qué papel juega dentro del ecosistema?
Ofrecemos un instrumento financiero alternativo que permite a las compañías diversificar sus fuentes de financiación. Nuestros préstamos complementan la inversión privada que los emprendedores logran movilizar en fases muy iniciales, justo cuando necesitan empezar a escalar.
-¿Cómo ha evolucionado en los últimos años?
En 2021 comenzamos a gestionar presupuesto no solo del Ministerio de Industria y Turismo —que tradicionalmente aportaba unos 100 millones de euros anuales con los que financiábamos entre 600 y 700 empresas—, sino también de otros ministerios. Esto nos permitió enfocar financiación en sectores concretos como emprendedoras digitales, agroimpulso, audiovisual o industrias culturales y creativas.
En 2022 continuamos con nuestra actividad y, además, se aprobó la Ley de Startups. Desde diciembre de ese año Enisa también certifica empresas emergentes en el marco de la ley, que reconoce la especificidad de este tipo de compañías y sitúa a España como un país pionero en apoyo al emprendimiento innovador.
Hoy contamos con más recursos, más funciones y un papel reforzado en el ecosistema.

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-¿En qué se diferencian los préstamos participativos de Enisa?
El instrumento es siempre el mismo: el préstamo participativo. Es una figura a medio camino entre la financiación bancaria y el capital riesgo. No pedimos avales ni garantías y, al no tomar participación en la empresa, no hay dilución para los fundadores. Tampoco intervenimos en la gestión diaria ni en la toma de decisiones.
Estos préstamos se adaptan a la evolución de la empresa y, además, no computan como deuda bancaria, sino como fondos propios. Esto refuerza el fondo de maniobra y no merma la capacidad de obtener financiación bancaria adicional. Funciona muy bien dentro de un mix de financiación equilibrado.
-¿Por qué este instrumento?
Porque está demostrado que en fases muy iniciales permite generar el volumen necesario para abordar los primeros pasos de crecimiento sin interferencias en la gestión. Es flexible, permite compaginarlo con otras fuentes de financiación y se integra muy bien con recursos propios y con inversión privada. Es ideal cuando una compañía todavía no tiene todas las herramientas a su disposición porque su proyecto empresarial es muy incipiente y todavía tiene que que madurar la idea.
-¿Cómo encaja Enisa en el entorno de la inversión privada?
Nuestra evaluación está muy reputada y genera confianza entre financiadores públicos y privados. Somos un agente que complementa perfectamente la inversión privada: no entramos en el accionariado, diversificamos el riesgo y aportamos un sello de calidad. En cuanto una startup empieza a hablar con inversores, normalmente aparece la recomendación de acudir a Enisa.
-¿Qué volumen de actividad gestiona Enisa?
Hemos financiado a más de 8.100 empresas, con más de 9.200 préstamos y más de 1.400 millones de euros invertidos. Muchas compañías vuelven a Enisa en rondas posteriores.
Para este año y el próximo hemos triplicado el presupuesto: gestionamos 303 millones de euros del Ministerio de Industria y Turismo y alrededor de 50 millones adicionales procedentes de líneas sectoriales de otros ministerios.

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-¿Qué tipo de compañías suelen acudir? ¿Existe un perfil predominante?
Somos financiadores generalistas. Existe el mito de que solo financiamos empresas tecnológicas o digitales, pero no es cierto: la innovación puede estar en cualquier lugar. Nos gusta citar la definición de la Fundación COTECH: innovación es todo cambio basado en conocimiento que genera un valor, no solo económico, y no necesariamente tecnológico.
La mayoría de empresas que no tienen acceso a financiación bancaria en sus primeras fases acuden a nosotros. También pymes más consolidadas que quieren innovar. Muchos ejemplos son conocidos: Cabify, Wallapop, ECOALF, Florette, Pastorets o iniciativas como Gravity Wave.
En la Comunitat Valenciana, por ejemplo, hemos financiado Visual Nacer (digitalización del sector agro) o la reciente Umi Bots Robotics, una empresa de robótica autónoma para limpieza de playas y calles, a la que financiamos con 150.000 euros en 2025.
-¿Qué cambios ha traído la Ley de Startups?
Durante su preparación se logró que muchos ministerios entendieran qué es una startup y por qué era importante apoyarla. La ley se aprobó por consenso de todos los partidos, lo que demuestra acuerdo en la importancia de fortalecer este sector.
Establece incentivos fiscales para atraer talento e inversión y medidas administrativas que facilitan la creación y desarrollo de empresas emergentes. Enisa ya ha certificado más de 1.800 empresas, y la certificación se está consolidando como un sello de calidad que facilita el acceso a convocatorias, programas y ayudas tanto regionales como locales.
-Algunos inversores afirman que hay demasiado dinero público en el ecosistema. ¿Qué opina?
El Plan de Recuperación ha ampliado las oportunidades. Es cierto que hay capital disponible, pero lo importante es que ninguna empresa deje de desarrollar un proyecto por falta de recursos. El capital público además atrae capital privado: siempre decimos que tiene un efecto tractor.
Que haya muchos recursos significa que hay muchas oportunidades. Lo esencial es que, desde Enisa, mantenemos el mismo rigor para analizar proyectos que sean viables, innovadores y con potencial.

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-¿Cómo ve el ecosistema emprendedor innovador valenciano?
Siempre que vengo a Valencia sonrío, porque el ecosistema está muy bien articulado. Hay agentes públicos y privados que se entrelazan de manera natural y proyectan una imagen muy potente de la Comunitat Valenciana. Es una gran familia que acoge y que transmite una identidad muy sólida.
Por volumen, Madrid y Barcelona son los grandes polos del país, pero Valencia está a muy buen nivel. Eventos como el Valencia Digital Summit o Gap in Between lo demuestran. Además, se percibe mucha orientación al propósito, al impacto, algo que considero clave: el futuro será de impacto o no será.
-¿Qué retos observa en el ecosistema emprendedor español?
España tiene múltiples focos de emprendimiento, lo cual es una ventaja frente a otros países donde todo se concentra en una sola ciudad. Debemos seguir impulsando ecosistemas no solo en los grandes polos, sino también en entornos rurales y ciudades medianas.
El gran reto es la escalabilidad: las rondas de crecimiento en España aún están por debajo de estándares de países de primera línea. Se necesitan más instrumentos para apoyar a compañías que ya han demostrado tracción y quieren dar el siguiente salto.
-¿Qué le gustaría mejorar o implementar en Enisa?
Enisa está en una posición muy favorable: hemos trabajado nuestra marca, nuestra reputación y el ecosistema nos reconoce como un agente clave. El reto ahora es consolidar esa posición y seguir yendo un paso por delante, especialmente en comunicación y en la forma de relacionarnos con las empresas.
Estamos creciendo en presupuesto y en equipo, y por eso es fundamental mantener la cultura de empresa que nos caracteriza: una entidad pública cercana, accesible y con la que se puede hablar.