Comunitat Valenciana

Una acusada confiesa por el saqueo del Hospital General: "La X era Sergio Blasco"

  • El exgerente del Hospital General de Valencia, Sergio Blasco.
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VALÈNCIA. Segundo día de juicio del conocido como caso Osvaldos, un presunto entramado de empresas para desviar fondos de contratos públicos adjudicados por el Hospital General de València entre 2005 y 2014, cuando era gerente Sergio Blasco, sobrino del exconseller de Sanidad y Solidaridad Rafael Blasco -condenado este último por el conocido 'caso Cooperación'-. Una de la acusadas, Gisela Samudio, quien se ha confesado pareja del gerente por aquellos años, ha decidido tirar de la manta y le ha señalado como instigador de la creación de una empresa que trabajara para el Hospital General.

En la primera sesión, las defensas de los once acusados trataron de anular la causa alegando, entre otras cosas, que se trataba de una investigación prospectiva sin "ningún indicio". Unas consideraciones que la sección primera de la Audiencia Provincial ha rechazado de plano en un auto emitido el pasado lunes, donde avala el inicio de la investigación, por una denuncia de Izquierda Unida, porque la "simple notitia criminis es suficiente para que se ponga en marcha la investigación judicial del delito/s". El procedimiento, por tanto, se inició "correctamente y sin una finalidad prospectiva".

Superada esta fase, ha podido dar comienzo el juicio, donde la Fiscalía Anticorrupción acusa tanto a Sergio Blasco como a su hermano, Francisco José, administrador de una empresa sanitaria, de delitos de prevaricación, malversación, fraude a la Administración, tráfico de influencia y cohecho. Según el juez instructor, desde la administración se adjudicaban contratos, en muchos casos con irregularidades, a empresas activas dirigidas por personas vinculadas al gerente del hospital y entre sí. Y estas, a su vez, subcontrataban a otras mercantiles de la organización, muchas de ellas sin personal y actividad, que acababan beneficiando a personas del entramado.

La sesión ha empezado con sorpresa, con la confesión de Gisela Samudio, administradora de la mercantil Identiart y señalada por el juez instructor como “persona muy vinculada” al exgerente del Hospital General. La acusada solicitó declarar en primer lugar, antes de que comparecieran los testigos, y tras llegar a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía Anticorrupción. Así, en la sesión ha explicado que mantuvo una relación sentimental con Sergio Blasco y que fue él el que le propuso crear una de las compañías de la trama.

"La segunda vez que quedamos él y yo solos, comenzamos una relación sentimental muy discreta", ha explicado la acusada en su declaración, y más tarde Blasco le propuso "crear una empresa". "Quedamos un día y me dice: 'Vamos a crear una empresa'", ha relatado, para añadir que el entonces gerente del hospital le planteó que pusiera a otras empresas, su hermana y su padre para constituirla y que no fuera "una empresa unipersonal". Además, le indicó que consiguiera una secretaria, por lo que ella propuso a una amiga que estaba en el paro.

"Me fiaba, era mi pareja"

La compañía empezó a prestar servicios de diseño para el Hospital General de Valencia que dirigía Blasco -como el "logotipo de cardio y de la sala de mama"-, para su fundación y para empresas contratistas de ambas, según su declaración. En cuanto a la gestión de la compañía, ha asegurado que Blasco "decía cómo se facturaba". "Yo me dedicaba a la parte creativa y Sergio se dedicaba a la parte de gestión", ha declarado, para insistir en que era el entonces gerente del hospital, su "pareja", el queda daba "las instrucciones".

En ese sentido, y pese a figurar como administradora de la compañía, la acusada ha señalado que ella firmaba lo que le ponía delante su "pareja". "No me fijaba en lo que firmaba ni en las cuentas anuales; me fiaba, era mi pareja", ha explicado a preguntas de la fiscal, Adoración Cano, a quien ha reconocido que Blasco era "brillante gestionando, de los mejores gestores que tiene España"."Él gestiona, manda y a su lado los problemas se solucionan, yo no iba a dudar de mi pareja", ha reiterado.

En uno de los registros, la UDEF incautó diversa documentación relacionada con el presunto entramado donde figuraban diversas cantidades atribuidas a determinadas iniciales, que presuntamente corresponden a las aportaciones realizadas a la sociedad mercantil. La acusada ha explicado que la "X es Sergio Blasco" aunque inicialmente, ella puso para él la letra "S". Sin embargo, ha dicho, el entonces gerente le instó a cambiarla: "Gise, nosotros tenemos una relación privada, así que no vayas poniendo mi nombre", le aseguró, según la declarante. El otro socio era Francisco Escandell, presunto testaferro de Blasco.

La acusada señala al letrado de Blasco: "Nos dijeron que guardáramos silencio"

El abogado de Blasco, en su turno de preguntas, ha cuestionado a la declarante para que explicara por qué en la fase de instrucción había dicho lo contrario, tal como ella misma ha reconocido. Y ha sido aquí donde Samudio ha desvelado que el letrado del exgerente contactó con su abogada "para decirle que qué pasaba con la X y que guardáramos silencio". Incluso aseguró que el propio Sergio Blasco le contactó "por esa X". "No tenía obligación de decir la verdad", se excusó. El abogado, cabe señalar, ha negado que dicha letra correspondiera a su cliente.

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