CATARROJA. La periodista Maribel Vilaplana ha declarado ante la jueza de la Dana en calidad de testigo por su comida con el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. Una declaración donde ha dado algunos detalles sobre aquella "reunión" en la que, ha dicho, el jefe del Consell no le contó "nada" de las llamadas que mantuvo y que no mostró "prisa" por ir a "ningún sitio" ni le informó sobre ninguna cuestión relacionada con la Dana.
La comunicadora, que ha roto a llorar en varias ocasiones, ha hecho un relato sobre aquel encuentro y también sobre las horas, días y semanas posteriores. Así, ha llegado a decir que algunos medios le han extorsionado amenazándola con publicar unas presuntas imágenes de ella saliendo de la casa de Carlos Mazón en València. En sede judicial, la periodista ha dicho que han sido "extorsiones de periódicos muy serios".
Más tarde, repreguntada por algunas acusaciones, Vilaplana no ha especificado qué medios han cometido estas extorsiones, pero ha insistido en las presiones de "todos" los medios: "Periodistas" que buscaran que hablara a cualquier precio en plena "guerra mediática" por la catástrofe. Algunos, ha dicho, eran "más o menos sutiles" y otros, "más o menos hostiles" con el objetivo de que, entre otras cosas, diera alguna entrevista sobre aquel día.
Además, ha asegurado que después de la comida con el president del Consell, por la noche le llamó Mazón y le dijo que lo que había ocurrido era "muy gordo, muy grave". "Le pregunté si él lo sabía durante la comida y él me dijo que no sabía nada", ha declarado ante la magistrada. Es ahí cuando la comunicadora, ha explicado, le pidió que "no saliera" su nombre. "Por eso me considero una cobarde", ha admitido en su declaración.
Dos días después, Mazón le contactó para explicarle que iba a tener que dar su nombre por la "presión" mediática y social, y le pidió que dejaran de tener contacto. Y fue ahí cuando la periodista borró toda la conversación con el president, así como su teléfono.