VALÈNCIA.- No existe otro modernismo popular en el mundo como el de El Cabanyal. Las fachadas de coloridos azulejos han puesto a la València marinera en la agenda del patrimonio en peligro de desaparición y han internacionalizado la problemática. Y es que no se trata de unas cuantas casas aisladas, sino de 300 de taulellets y de más de un millar con elementos de art nouveau. También de una estructura urbana singular, con calles paralelas y perpendiculares al mar. Desactivada la amenaza de la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez, este inmenso legado cultural de El Cabanyal sigue en peligro, sin el prometido plan de protección y rehabilitación. Las nuevas ideas políticas, además, priorizan la edificabilidad en altura a la identidad. Y pese a todo, aún se respira cierta esperanza.
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