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El CUCH pide abordar la alimentación "desde una perspectiva histórica, social y local”

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VALÈNCIA (VP). El VII Congreso Universitario de Historia Comarcal de la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha abordado bajo el título ‘Antropología de la alimentación. De la depredación a los transgénicos’, los hitos clave para comprender los ciclos vitales heredados de la historia que condicionan la perspectiva actual del concepto de la alimentación, así como de los usos y costumbres que la condicionan en un contexto que abarca desde lo local a lo global.

Durante dos días, expertos y profesores universitarios de diferentes áreas del conocimiento han presentado sus publicaciones y estudios, recogidas en el libro de actas del congreso, con la conclusión principal de que “es necesario incidir en el análisis histórico de nuestras costumbres, rituales y estilos de vida más cercanos para comprender el rumbo de la alimentación en el plano global y dar sentido, importancia y prevalencia a las personas que hacen posible que el producto de proximidad se incorpore a la cadena de valor comercial y a la de nuestras costumbres”, explica Francisco Cardells, director del cónclave que han acogido las sedes de Santa Úrsula y de San Juan y San Vicente de la UCV.

La dieta mediterránea como estilo de vida

La conferencia de clausura ha sido impartida por David López, doctor en Ingeniería Agrónoma y profesor de Economía Agraria en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elx, quien ha destacado la importancia de abordar la dieta mediterránea “más que como una lista de alimentados saludables como un estilo de vida que apareja una serie de rituales, tales como el compartir, la sobremesa, el descanso, el paseo, los mercados, la trazabilidad de los productos; en definitiva, la dieta mediterránea es dar importancia a todos los eslabones que componen la cadena de valor, desde el productor hasta el comensal, como estilo de vida. Solo de esta forma conseguiremos enlazar lo local con lo global, ya que la cocina sin los productores no existe”, ha explicado el profesor.  

El cierre del congreso ha recopilado de boca de Cardells las siguientes conclusiones:

  • La alimentación no es algo meramente nutricional, obedece a nuestras creencias y al significado que damos a las cosas. Según lo que comemos, somos.
  • La necesidad de recuperar la conexión entre territorio y consumidor; el precio no puede establecerse de manera arbitraria, alejando al productor.
  • Sin renunciar a la globalización, es importante ser sensatos y redimensionar nuestros espacios de forma que tengamos soberanía productiva. Sin ella, somos dependientes y, si lo somos, no cabe economía circular, por la contaminación en el transporte y, además, dependemos y adquirimos productos menos nutritivos.

  • Reflexionar lo que el mercado está haciendo con los transgénicos porque pueden proporcionar un bien a la humanidad, basado en dar alimentos a aquellos que no producen, no tienen o no reciben alimentación y, sin embargo, están sirviendo para reorientar la dieta por tendencias o modas, pero no palia el hambre en el mundo.
  • La dieta de las personas actuales no es necesariamente más saludable de la que había en otra época. Adquirimos numerosas enfermedades provocadas por una mala alimentación. Es necesario, pues, replantear el proceso de producción, envasado, etiquetado y elaboración de los productos.
  • La sociedad ha de tender con naturalidad a buscar el producto de temporada porque es más saludable; y el de proximidad, que garantiza ofrecer más alimentos frescos a más personas.
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