ALICANTE. El Distrito Digital de la Comunitat Valenciana, el gran proyecto del Consell para favorecer la transición del modelo económico de la Comunitat hacia la economía digital, corre el riesgo de caer en lo que temen los empresarios que vieron con buenos ojos su puesta en marcha hace dos años: una excesiva politización que provoque que no todos lo sientan como suyo. Y a juzgar por el acto de presentación que acogió este miércoles el edificio 1 del Distrito, el que antes fuera el edificio de oficinas (nunca utilizado) de Ciudad de la Luz, se podría decir que ya ha sucedido.
El contexto, desde luego, no ayudaba. El director general de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunitat Valenciana (SPTCV), Antonio Rodes, quería que el presidente Ximo Puig, a quien se atribuye la idea (inspirada por Andrés Pedreño) de convertir los fallidos estudios de cine en punta de lanza de la transformación digital del territorio, protagonizase una puesta de largo como mandan los cánones. El calendario, esbozado por el propio Rodes en una entrevista con Alicante Plaza, apuntaba a la pasada primavera. Pero llegó el adelanto electoral, y hubo que posponerlo. Y luego el verano. Y luego, la repetición de elecciones. O se celebraba ya, o había que dejarlo para principios de 2020. Consecuencia: el inevitable aroma a precampaña.