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acto de pedro sánchez en elda 

El PSOE se agarra al efecto 'exhumación de Franco para 'enganchar' a los indecisos' y salvar el 10N

  • Fotos RAFA MOLINA
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ELDA. Cuando Pedro Sánchez vio que no sacaba el segundo intento de investidura y se tuvo ir a la repetición electoral, sabía que había que sortear ítems o obstáculos, algunos con la certeza de que se iban a producir -como la sentencia del procés y sus derivados- y otros no. Uno de ellos era la exhumación del Francisco Franco del Valle de los Caídos. La resolución del fallo del Tribunal Supremo cerró el círculo, que se ha podido ejecutar este jueves, con el traslado de los restos del dictador, en plena precampaña electoral. Y tras la angustiosos episodios de los incidentes de Barcelona, la salida de Franco ha caído como una bendición en las filas socialistas. Se palpa entre las bases.

Y eso es lo que se ha visto este viernes en Elda, en el acto que el PSOE había preparado casi al sprint para recibir al presidente del Gobierno en funciones y candidato a la reelección, Pedro Sánchez. Ante la imposibilidad de encontrar un espacio con capacidad para reunir a más de mil personas, los socialistas lo llevaron a un feudo seguro: el barrio de San Francisco de Elda, donde las papeletas del puño y la rosa acaparan el 60% del voto en cualquier consulta electoral. Llenaron. Y se quedó gente fuera. Pero la consecuencia más palpable, más allá del discurso del propio Sánchez, es que la exhumación funciona como elemento motivador de la militancia socialista. La cuestión es que les funcione el 10N.

Aún no habían entrado los protagonistas al Pabellón Azul de Elda, las pantallas del escenario exhibían un vídeo que rememoraba la trascendencia del momento, y en el que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, valoraba la crucialidad del traslado de los restos del dictador al cementerio de Mingorrubio. Ya por entonces, los 1.300 congregados aplaudían y vitoreaban al ver repetido el momento. Y la escena se volvió a repetir con la visita de Pedro Sánchez a la tumba de las 13 rosas, las 13 mujeres de las Juventudes Socialistas asesinados con el epílogo de la Guerra Civil ya vencido. No había comenzado el mitin, y el ambiente ya estaba caldeado, y a pedir de boca para el líder socialista. Sólo faltaba que el propio Sánchez lo redondeara

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