Las Fallas revolucionan la ciudad, mutan el aspecto cotidiano de la misma y algunos huyen de la urbe para dejar paso a los miles de turistas que nos visitan. Bernd Knöller lleva casi tres décadas en Valencia, procedente de la Selva negra alemana y además celebra su cumpleaños el día de nuestro patrón, el 19 de marzo San José. Él vino, se enamoró de nuestra tierra y se quedó aquí para desarrollar su pasión: la gastronomía.
En las últimas semanas, las noticias sobre su restaurante Riff han sido protagonistas en todos los diarios, mucha información y también desinformación. Para mí es un orgullo escribir en esta cabecera que ha sido respetuosa y ha publicado la información huyendo del sensacionalismo. Porque el tema es serio, tan serio como para no confundir al gran público.
Tras este parón, obligado y razonable, el Riff ha vuelto a abrir sus puertas y de qué manera. Cuando se supo la fecha de su reapertura, un grupo de gastrónomos, miembros de la asociación Cuchara de Plata by Alejandro Cerdá, que aglutina a una nutrida representación de la sociedad valenciana, no dudó en reunirse en el local que Knöller regenta en la calle Conde de Altea.
Tras este parón, obligado y razonable, el Riff ha vuelto a abrir sus puertas y de qué manera
Los comensales que ayer compartieron mesa y mantel fueron Vicente García, director comercial de Extrem; el empresario Sergio Terol; el asesor financiero José de Miguel; el director general de Grupo El Alto, Fernando Aliño; el joyero Argimiro Aguilar; el sastre Antonio Puebla; el empresario Ferran Todolí; el odontólogo Julio Simón; el empresario Luis María Carreras y el director de DICOVAL, Javier Monedero.
El menú que degustaron, el “de mediodía”, con unos snacks de entrantes entre los que destacan el crujiente de arroz, pimentón y huevas de salmón, la rosquilleta de cerdo ibérico o la mojama con almendras. En los platos principales: lechuga, hígado de bacalao y berberechos; rape y tomates confitados; y arroz meloso, calabaza y sobrasada. Y de postre piña, menta, yogur de oveja y enebro.
La vuelta de Bernd Knöller a los fogones es una buena noticia para el universo gastronómico, y también para la imagen de Valencia. Esta tierra que adoro y en la que con tanta facilidad nos lanzamos a la yugular del vecino a la mínima sospecha, sin esperar a saber más y sin empatizar con el otro. Bravo por este grupo de representantes de la sociedad civil que no dudaron en celebrar el inicio de las fiestas josefinas en este restaurante.