CASTELLÓ. La baja rentabilidad y la falta de relevo generacional han reducido el último año en 1.600 hectáreas la superficie de cítricos en la Comunitat Valenciana. Desde 2015, el sector citrícola ha perdido 7.494 hectáreas, un 4,6 % del total. El aumento de fincas abandonadas ha sido continuado en los últimos años por los bajos precios en origen, según las organizaciones agrarias.
La citricultura valenciana cerró 2023 con 154.599 hectáreas de cítricos, de las que 64.592 son mandarinas y 71.532 naranjas, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura. La extensión de mandarinas en la Comunitat, que engloba la principal variedad de Castelló, la clemenules, se ha mantenido estable en 2023, con cifras similares al año anterior, pero respecto a 2015 ha sufrido una pérdida de 12.949 hectáreas. Los naranjos han visto disminuido sus cultivos en unas 600 hectáreas en el último ejercicio y 2.000 desde 2015.
En esta campaña se ha producido además una merma de la producción por las inclemencias meteorológicas. Un clima que, según el aforo de la Conselleria de Agricultura de 2023/2024, ha provocado un incremento de campos abandonados en los cítricos de Castelló.