VALENCIA. Los pacientes y trabajadores de Corporación Dermoestética están comenzando a agruparse para luchar por defender sus derechos como afectados por el cierre inesperado de la empresa. En ese sentido, el bufete Hernández Abogados está liderando la creación de una plataforma como respuesta al ERE de extinción de plantilla y cierre de las clínicas presentado por la compañía con la intención de darle la mayor visibilidad en internet a través de un blog y una página web (un dominio) y poder resolver de forma positiva los contratos de pacientes y la situación laboral de los trabajadores.
Pero no va a ser fácil gestionar la indignación ante la incertidumbre en la que han quedado sumidos tanto los 340 contratados directos de plantilla, el centenar de cirujanos externos (endoscopistas, bariátricos, etc; con contratos de arrendamiento de sus servicios) y sobre todo los millares de pacientes operados o pendientes de intervención en las 43 clínicas abiertas en España y Portugal (en los últimos años cerró nueve de ellas tratando de dar viabilidad al negocio).
El gran éxito de Corporación Dermoestética, según aseguran fuentes jurídicas a Valenciaplaza.com, era la facilidad de acceso a operaciones de estética que ofertaba a pacientes de clase media, o incluso media/baja, a través de una financiación directa de las intervenciones a pagar en un plazo de cinco años.
RESOLUCIÓN DE MILES DE CONTRATOS
El problema que se presenta ahora no es baladí. Los abogados tendrán que litigar la resolución de miles de contratos de todo tipo de pacientes: por una parte los operados y en pleno proceso de recuperación y seguimiento de sus intervenciones; y por otra, los de aquellos que todavía no han sido operados. Pero en ambos casos han pagado por adelantado todo el tratamiento (en algunos casos 10.000 y hasta 14.000 euros) gracias a la intervención de una financiera que trabaja directamente con Dermoestética.
Según estas fuentes jurídicas ahora se trata de "desblindar cada caso" tratando de derivar a profesionales externos a los pacientes pendientes de intervención. Y por otra, dar también seguimiento y supervisión de la operación a los que ya han pasado por quirófano (en la mayoría de las clínicas externos ya que únicamente Madrid y Sevilla tenína quirófano habilitado para cirugía mayor).
En cualquier caso el paciente no puede dejar de asumir sus pagos con la financiera porque esta podría incluirle en el registro de morosos, por mucho que de momento no vaya a poder ser intervenido.
Además, respecto a los trabajadores, de momento la empresa ha cumplido con los pagos de las nóminas hasta noviembre, pero hay cierto malestar generalizado ante el temor de que la empresa no afronte la nómina de diciembre y la extra de Navidad.
Estas fuentes jurídicas aseguran que la deriva en que haacabado la compañía se veía venir. Por una parte porque se acumulaba el desfase entre ingresos y gastos. "La mayoría de clínicas eran deficitarias y el punto de equilibrio nunca se pudo conseguir. Únicamente las de Madrid, Valencia y alguna de Cataluña compensaban pérdidas"
ESPIRAL DE ERES, CIERRES Y GASTOS
Desde junio de 2014, fecha en que que se aprueban las cuentas, y de un capital social de 6 millones se pasa a 600.000 euros, se sabía que no había camino de retorno. Para compensar esas pérdidas ante el estado de insolvencia de la compañía la decisión empresarial ya estaba tomada: tenía que liquidarse en dos meses la empresa, porque desde la dirección no se admitía cualquier nueva ampliación de capital con una operación de acordeón. Y ante esta situación de colapso financiero el único camino que quedaba era el preconcurso de acrededores y el ERE de extinción.
Pero antes cabe refrescar la memoria de algunos episodios de la compañía, porque "de aquellos polvos, vinvieron estos lodos". Tras la expansión brutal internacional y nacional (con algunas salidas al exterior que foinalmente no fueron a ninguna parte) llegó el frenazo.
Las clínicas de Portugal nunca fueron rentables. El laboratorio de fabricación de productos cosméticos de Massalfasar tras el fiasco de esa línea tuvo que dejar de producir y todavía espera comprador. Y además llegó la crisis y con ella el bajón del consumo y de la cirugía estética de 'comprador' de clase media/baja.
Años tras año se sucedían las noticias negativas para la compañía en forma de cuentas de ingresos y gastos, junto al 'bluf' de su salida a bolsa. Los clientes no entraban y había que comenzar a pensar con urgentes planes de salvación. Primero a través de ERE de suspensión y reducción de jornada (2011-2012), seguidos de un ERE (enero de 2013) con acuerdo de extinción de 77 puestos de trabajo y posteriormente los primeros cierres de clínicas (julio 2013 y septiembre/octubre 2013). Ya no había solución de continuidad. Elche, Jaén, Coruña, Badajoz, Pontevedra, Castellón, etc; fueron cerrando sus puertas, aunque la actividad continuaba con una falsa apariencia de normalidad.
Y pese a todo este panorama en 2014 continuaron incrementándose los gastos con renovación de los vinilos de las fachadas de las clínicas, publicidad en cadenas de difusión nacional (espots que solo se dejaron de emitir puntualmente con los ERE), y nuevas contrataciones de personal de marketing (la plantilla pasó de 5 a 20 trabajadores) y de informáticos (se pasó de 4 a 15 trabajadores).
EL NAUFRAGIO DE DERMOESTÉTICA
Jorge Rodríguez Maroto es uno de los nombres que personaliza la historia de este naufragio.
Este noviembre echaba la toalla y confirmaba lo que se veía venir. El consejero delegado de Adquiera Servicios Financieros (la antigua financiera vinculada al Banco de Valencia y a Dermoestética), que había pasado a ser uno de los responsables de cuentas de la Corporación (como se puede constatar en su perfil de Linkedin) el mes pasado comrpobó que el trasatlántico de José María Suescun se hundía y que no había posibilidad de reflotarlo. Y abandonó el barco y se pasó a la empresa privada donde ya ejerce de director de nuevos negocios en una financiera de un conocido banco.
Mientras todo apunta que los fondos del presidente y propietario de Corporación Dermoestética están a buen recaudo en un opaco entramado financiero. Después del cierre de su sicav José María Suescun creó nuevas sociedades patrimoniales. Y la mitad de las clínicas siguen constando a su nombre.