El nuevo ERE, que afectará a la mitad de la plantilla, incide en servicios centrales y las zonas de expansión, mientras que en las oficinas del territorio nacional se perderán cuatro de cada diez empleos
VALENCIA (J. CLEMENTE). Los augurios sobre los efectos de la reestructuración de Banco de Valencia se van cumpliendo a medida que avanzas las semanas. El plan de saneamiento de la histórica entidad valenciana aprobado por la Comisión Europea le permitió evitar su liquidación pero a cambio tiene que cumplir unas duras obligaciones que tendrán el ya conocido impacto en empleo -una reducción de la plantilla a la mitad con 890 despidos adicionales a los que ya se aprobaron el año pasado- y el cierre de buena parte de su red de oficinas.
Todo este proceso se completará antes de que CaixaBank tome el control efectivo de Banco de Valencia. Pero todo se realiza ya pensando en el nuevo escenario, en el que el banco de La Caixa, como máximo accionistas tomará el control de la gestión. De hecho, según los datos desvelados por la administración de Banco de Valencia, en manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), a los sindicatos, el recorte en personal tendrá una gran incidencia ya no solo en la red de oficinas, sino en los servicios centrales.
Según ha podido saber ValenciaPlaza.com de fuentes sindicales, la actual plantilla del banco, compuesta por 1.613 empleados, se verá drásticamente reducida en la centra, con un recorte del 87% de los trabajadores. En la zona tradicional del banco, que está compuesta por Valencia, Castellón, Alicante y Murcia, el recorte será menor, aunque notable, afectando al 38% de la plantilla. En la zona de expansión, finalmente, es decir en la red de sucursales de fuera de la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia, se reducirá el personal en un 85%.
De esta manera se confirman las dos líneas estratégicas que marcan el futuro del negocio financiero de Banco de Valencia: su actual actividad deberá reducirse al territorio natural, cerrando prácticamente toda la zona de expansión. Además, la coordinación operativa del banco se realizará en el futuro desde CaixaBank, que tomará la riendas y, como ya ha ocurrido con otras entidades como CAM con Sabadell, los servicios centrales se llevarán desde la entidad compradora, que acabará absorbiendo al banco, con lo que sobra prácticamente todo el personal de estos departamentos.
En los dos departamentos de mayor impacto del ERE quedará un pequeño equipo que, según ha podido saber este periódico, se integrará con el de CaixaBank para poder realizar la transición del negocio de Banco de Valencia a la entidad que ahora controlará a la histórica entidad financiera valenciana. Los empleados que se queden, de hecho, tendrán que aceptar la movibilidad geográfica y funcional.
Las negociaciones del ERE se retomarán por la dirección del banco y el comité de empresa, que ha pedido que se incorpore CaixaBank, el próximo lunes y finalizarán el 15 de febrero.