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Carlos Fabra quiere forzar al Consell a pagar a la concesionaria con la oferta por el aeropuerto

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VALENCIA / MADRID.  Carlos Fabra intenta con la oferta que dice tener para el aeropuerto de Castellón forzar a la Generalitat a que pague cuanto antes a la sociedad concesionaria, controlada por Globalvía con un 45% de las acciones, y así poder avanzar en la operación de venta del aeropuerto, según han explicado fuentes conocedoras de la operación.

Fabra, que desveló esta opción de compra tras una reunión con el consejero de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, aseguró además que los posibles compradores harían inversiones y podrían crear entre 1.200 y 1.400 empleos a partir de esa infraestructura aeroportuaria, hoy sin actividad.

Están todos los ingredientes necesarios para intentar forzar a la Generalitat a que priorice en cuanto pueda, dada su angustiosa situación de liquidez, a pagar a la concesionaria, con la que se lleva tiempo negociando y con la que al parecer se podrían haber acercado posiciones. Globalvía y sus socios en la concesionaria Aerocas, Lubasa, Bankia, Abertis y PGP Group, piden unos 80 millones por la ruptura del contrato de 50 años para la explotación del aeropuerto de Castellón.

POSIBLE CAPITAL ÁRABE

Al margen de esto podría tener o no interesados de verdad en el aeropuerto de Castellón, por el que las mismas fuentes, dicen que han preguntado algunos grupos inversores, algunos de capital árabe, libio e iraquí, y también francés. Desde la Conselleria de Industria, de la que depende el recinto, se ampararon en la confidencialidad de las negociaciones para no desvelar el nombre de los supuestos compradores. 

Sin embargo, para que esta operación salga adelante es necesario cerrar el conflicto que mantiene Aerocas con la exconcesionaria. Fuentes de la Generalitat aseguraron a este periódico que ese no será problema si finalmente la oferta es firme. Otras fuentes del sector aseguraron que el principal problema para resolver definitivamente el conflicto entre las dos partes estriba en la falta de liquidez del Gobierno valenciano.

El Consell de Alberto Fabra resolvió el contrato que ligaba a la empresa pública Arecas con la concesionaria ante la imposibilidad de poner en marcha el aeropuerto y las cada vez mayores exigencias de la empresa que iba a encargarse de gestionar la instalación. La Generalitat aparcó sin fecha la puesta en marcha del polémico aeropuerto, una apuesta personal del expresidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra.

Sin embargo, Carlos Fabra, que pese a no ser ya dirigente regional sigue presidiendo Aerocas, no ha cedido en su pulso por tratar de que el Consell desbloquease el inicio de la actividad.

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