LEÓN (EP). El Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco) ha publicado el informe anual 2011 del "Estudio sobre la seguridad de las redes inalámbricas, Wi-Fi, en los hogares españoles", que pone de manifiesto que tres de cada cuatro usuarios acceden a Internet mediante una conexión inalámbrica, pero un 17% no toma medidas para proteger el Wi-Fi.

Este estudio está basado en la opinión de más de 3.600 internautas con el análisis comparativo de los últimos tres años y ha sido realizado durante el último cuatrimestre de 2011.

Según Inteco, a finales de año un 21,2% de los usuarios se conectaba mediante redes públicas como las de un ayuntamiento o una cafetería, y un 11,7% lo hacía por medio de la Wi-Fi de otro de otro particular, como la de un amigo o un vecino.

En este sentido, un 37,8% de los consultados evitaba en la medida de lo posible el uso de redes de terceros y sólo se conectaba para realizar ciertas operaciones concretas. Además un 19,3% sólo las usaba si la red contaba con protección de contraseña.

Inteco ha recordado que las redes inalámbricas a la vez que aportan movilidad y accesibilidad también posibilitan que surjan ataques e incidentes de seguridad; por ello, para usar una red inalámbrica es imprescindible protegerla con un sistema de cifrado.

En este aspecto, el estudio muestra que los usuarios españoles han mejorado su protección Wi-Fi abandonando estándares inseguros como WEP y adoptando en mayor medida WPA y WPA2; a finales de 2011, y confirmando la tendencia del anterior cuatrimestre, seguía aumentando el uso de WPA/WPA2, en un 32,6%, en más de dos puntos porcentuales respecto al cuatrimestre anterior.

Inteco destaca que es muy alto el porcentaje de aquellos internautas que, declarando que su red Wi-Fi está protegida, desconocían qué tipo de estándar de seguridad utilizaban en su conexión, situándose a finales de 2011 en un 30%.

Otro aspecto tratado en el estudio se refiere a las intrusiones Wi-Fi, es decir, a las intromisiones en una red ajena por parte de un atacante.

Los fines de estas intrusiones pueden ser varios: interceptar datos; realizar acciones delictivas, resultando como aparente responsable el dueño legítimo de la red, y comprometer o infectar a otros equipos. Aunque el propietario de la red no tiene por qué ser consciente de la intrusión, se ha preguntado a los usuarios si sospechan haber sufrido una incidencia de este tipo en los últimos tres meses.

Así, el porcentaje de intrusiones declaradas a finales de 2011 se situaba en un 11,7% descendiendo ligeramente durante el año.