CASTELLÓ. El azulejo lanza un SOS ante el nuevo plan regulatorio de la Unión Europea en el sistema de comercio de emisiones de CO₂. La patronal de la industria (Ascer) advierte que Bruselas ha previsto para 2026-2030 una  propuesta preliminar que contempla una reducción de la asignación gratuita de CO₂ de un 34% respecto al periodo anterior, lo que equivaldría a un coste anual para la industria de entre 109 y 163 millones de euros (con un precio por tonelada de 100-150 euros).

A este recorte hay que sumar otra bajada del 37,5% prevista por el Gobierno central en la retribución de la cogeneración, que representa otros 30 millones de euros anuales en el azulejo. “Estos costes regulatorios equivalen entre el 60% y el 80% del beneficio neto de toda la industria española fabricante de baldosas cerámicas, cuyo margen medio en 2020–2022 fue -según Acimac- del 5%”, afirman fuentes de Ascer, que señalan que estos nuevos planes comportan “que gran parte de la rentabilidad del sector queda absorbida”. En este sentido, remarcan que “amenazan la continuidad de numerosas empresas”.

Ascer ha realizado esta advertencia en el arranque en Bruselas de los European Ceramic Days 2025, un evento organizado por la federación europea Cerame-Unie, y en el que participa una delegación de la patronal encabezada por su presidente, Ismael García Peris; Raúl Carnicer, vocal de la junta rectora y actual vicepresidente de la federación europea CET; y Alberto Echavarría, secretario general. El debate en este foro se centrará en gran medida en los crecientes retos regulatorios y de costes que están afectando a la competitividad de todo el sector cerámico europeo.

Así, Ascer, como portavoz de la industria española fabricante de baldosas cerámicas, pone sobre la mesa “la situación de grave vulnerabilidad a la que se enfrenta el sector. Los cambios regulatorios previstos para el próximo periodo del EU ETS (2026–2030), sumados a la reducción de la retribución de la cogeneración, pueden comprometer la viabilidad económica de un sector estratégico para España y, especialmente, para la provincia de Castellón”.

Esta alerta ya se trasladó al XVIII Congreso Internacional del Técnico Cerámico de hace una semana, en el que se expuso que la rebaja del 90% de emisiones que quiere implantar la UE en 2040 pone en riesgo la continuidad de la industria cerámica. El presidente de Grespania, Luis Hernández, afirmó que las empresas tendrán que asumir los nuevos costes o no podrán funcionar. De esta forma, “si no cambia la UE no habrá crecimiento ni rentabilidad”, y la única alternativa podría pasar por fabricar en otros países, apuntó.

La cerámica representa el 32,2% del PIB en Castellón

Ascer resalta que la industria cerámica europea -y en particular la española- “es la más eficiente del mundo en consumo energético y emisiones por metro cuadrado producido”. De hecho, el sector europeo en su conjunto es responsable únicamente del 0,9% de las emisiones cubiertas por el EU ETS, añade la patronal, que agrega que la industria cerámica aplica las Mejores Técnicas Disponibles (BAT) y no existen alternativas tecnológicas viables para sustituir el gas natural en el corto y medio plazo.

En este contexto, Ascer manifiesta que incrementar los costes a los sectores más eficientes “no reduce emisiones a escala global, sino que debilita a las industrias europeas líderes, socava la capacidad de inversión e impulsa la entrada de productos procedentes de países con estándares ambientales y laborales muy inferiores”.

“La amenaza es especialmente grave para la provincia de Castellón, donde la cerámica representa el 32,2% del PIB total y sostiene a cerca de 16.000 empleos directos (90.000 entre directos, indirectos e inducidos), además de mostrar una propensión exportadora cinco veces superior a la media nacional, lo que supone una importante aportación a la balanza comercial”, continúa Ascer, que insiste en que “la pérdida de competitividad derivada del incremento de costes regulatorios, junto con la creciente presión de importaciones extracomunitarias, puede traducirse en cierres de fábricas, una caída drástica de la inversión, destrucción de empleo industrial estable y deslocalización hacia países con menores exigencias ambientales”.

Según Alberto Echavarría, “una transición climática eficaz solo es posible si es industrialmente viable y socialmente sostenible; por ello, reclamamos coherencia y responsabilidad”.

Medidas propuestas por Ascer 

A la vista de todo ello, la patronal cerámica propone a las administraciones españolas y europeas la adopción de un paquete de medidas inmediatas para salvaguardar la viabilidad de la industria cerámica europea. Concretamente, una revisión y aplazamiento de la reducción de asignación gratuita del EU ETS para el periodo 2026-2030 hasta que existan alternativas tecnológicas reales; la inclusión de la cerámica en las compensaciones por costes indirectos del ETS; facilitar que las pequeñas y medianas empresas puedan quedar fuera del sistema EU ETS simplificando sus obligaciones y reduciendo cargas administrativas; y el restablecimiento de una retribución adecuada a la cogeneración, garantizando un marco estable que no penalice a una tecnología clave para la eficiencia energética y la competitividad del sector.

“Si no se adapta el marco regulatorio, la cerámica española puede enfrentarse a un escenario de pérdida de capacidad productiva, destrucción de empleo, caída de inversiones y debilitamiento irreversible del clúster de Castellón”, inciden desde Ascer.