CASTELLÓ. Frost-trol, la señera empresa de Cabanes de frigoríficos industriales, ya no tiene marcha atrás. El proceso concursal en el que está inmersa entra en otra fase tras no fructificar una posible operación de compra. Ahora, una empresa especializada en la venta de activos en crisis impulsa el traspaso de la industria en dos fases: desde este miércoles ha iniciado una subasta de la nave industrial, valorada en 21,8 millones, y en unos días sacará en venta directa los bienes muebles, según la firma encargada de esta actuación, Activos Concursales
Esta plataforma está centrada en comercializar bienes de naturaleza mueble o inmueble en situación legal de concurso de acreedores y ha sido la designada en el procedimiento concursal para buscar una salida definitiva a la fábrica y equipos de Frost-trol. El Juzgado de lo Mercantil ya puso en marcha en agosto la liquidación, aunque el administrador concursal se dio un tiempo para cerrar una posible compra de la unidad productiva por parte de un fondo inversor. Este último llegó a mantener una reunión con una representación de la plantilla y tanteó la reactivación de la misma, pero esta propuesta al final se quedó en el tintero.
Así, Frost-trol ya encara su disolución. La subasta de la nave industrial se desarrollará hasta el 12 de diciembre, según Activos Concursales, que en su web publicita la operación e informa de que, ante el cese de la actividad de la empresa, queda fuera de la puja la unidad productiva, “lo que permite al inversor un escenario sobre el que desplegar su propia estrategia: implantación directa, reposicionamiento del activo, arrendamiento a terceros o desarrollo de un hub logístico especializado”.

Tres fincas en la subasta
El precio de tasación de la fábrica es de 21,8 millones. Incluye tres fincas de 5.476, 57.585 y 40.908 metros cuadrados, respectivamente. La firma de la subasta pone en valor que la empresa cuenta “con más de seis décadas de trayectoria dedicada al diseño, fabricación y comercialización de muebles de refrigeración comercial para la venta de alimentos perecederos, destinados principalmente a supermercados y grandes superficies”. “Desde sus orígenes, en los años 50, la compañía evolucionó hasta convertirse en un referente del sector en España, destacando por la incorporación temprana de tecnologías y materiales avanzados, así como por el uso de compresores herméticos y soluciones de alta eficiencia energética”, indica.
Fuentes de la misma remarcan que en las próximas fechas se pondrán a la venta directa los bienes muebles de Frost-trol. Asimismo, añaden que varios inversores han mostrado interés tanto por la nave como por los equipos.
Las ofertas que se presenten deberán ser posteriormente aceptadas por los acreedores financieros, con los que la empresa arrastra una deuda de 23 millones de euros. De manera que la aceptación dependerá de la cantidad que se ponga sobre la mesa. En caso de no fructificar la subasta y la venta, Frost-trol quedaría en manos de los bancos, según fuentes conocedoras del proceso.
Frost-trol, con 65 años de trayectoria y que llegó a emplear más de 500 personas, dirá adiós tras no poder superar un agujero de 14 millones provocado por un fraude interno. De hecho, no cesó su actividad por carecer de pedidos, sino por falta de capacidad de circulante para pagar a los proveedores. Como muestra, en 2024 tenía encargos por 45 millones de euros, pero para superar los problemas de 2021 pidió una refinanciación a la que no pudo hacer frente al caer el negocio al coincidir con la crisis de la guerra de Ucrania. De manera que, cuando intentaba salir del pozo, se encontró con dificultades de financiación para abonar sus compromisos.