VALENCIA. La policía judicial irrumpió este jueves por sorpresa en la sede del Grupo Atitlán, el fondo de inversión valenciano dirigido por Roberto Centeno. El registro, que se prolongó durante ocho horas, se enmarcaba en una operación de mayor alcance con origen en Barcelona y que supuso el arresto y posterior puesta en libertad con cargos de Oleguer Pujol, uno de los hijos del expresidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol.
La policía sospecha que Oleguer Pujol cometió unos supuestos delitos de blanqueo de capitales y fraude fiscal mediante distintas operaciones inmobiliarias en varias ciudades de España. En el caso de Valencia, las operaciones están directamente vinculadas con el fondo de Centeno. A través de tres sociedades participadas por la sociedad valenciana y las empresas de Pujol, se compraron cuatro oficinas de Bankia y cuatro supermercados de la cadena Mercadona. Centeno es yerno de Juan Roig.
Este tipo de operaciones son habituales en los fondos de inversión inmobiliaria. Se compran activos y los antiguos propietarios siguen en alquiler. Es una forma de garantizar la rentabilidad de la inversión. Ese fue el caso de las cuatro oficinas de Bankia. En el caso de los supermercados, la propiedad ya no era de Mercadona, según fuentes oficiales de Atitlán. La cadena ya estaba en régimen de alquiler en estas tiendas.
El registro en la sede del fondo valenciano, en la Plaza del Ayuntamiento, finalizó a mitad de tarde después de que los agentes registraran documentación desde la mañana. Al final del registro, la policía se llevó de la sede de Atitlán dos cajas y un archivador con documentos. No constaba que se hubiera practicado ninguna diligencia con los propietarios de la empresa.
Fuentes oficiales de Atitlán mostraron su convencimiento de que las tres operaciones que firmaron conjuntamente el fondo valenciano y las compañías de Oleguer Pujol se realizaron de forma legal y aseguraron que colaboraron con la policía en las peticiones de documentación.